Las respuestas de los portavoces de la oposición al discurso de fin de año del presidente del Principado no parecen realizadas, en la mayoría de los casos, por personas que hayan oído o leído con atención el discurso. Dejando a un lado las reflexiones sobre la pandemia, la parte política del discurso estuvo centrada en la necesidad de hacer una política útil de pactos transversales frente a la estrategia radical del frentismo. Nadie recogió el guante. Con anterioridad, el portavoz de Podemos, Daniel Ripa, tuvo ocasión de criticar, en el pleno de presupuestos, la política de pactos del Gobierno socialista, porque considera que la «negociación cruzada» (acuerdos, a la vez, con partidos de izquierda y de derecha) bloquea las políticas que necesita Asturias, por eso reclama que los pactos sean exclusivamente entre grupos de izquierda. No hay que ser muy astuto para darse cuenta de que la petición de Ripa es interesada, porque si Adrián Barbón le hiciera caso, Podemos, con solo cuatro diputados, tendría en sus exclusivas manos la posibilidad de decidir todos los años si hay o no presupuestos. Dejando a un lado las tácticas, la crítica de Ripa es puramente retórica, porque no fue ni un ápice más progresista el presupuesto del Principado del año 2019, aprobado por PSOE, Podemos e IU, que el de 2021, apoyado por esos tres grupos, junto con Ciudadanos y Foro. Tras sus palabras solo hay el deseo de ampliar la influencia de Podemos por la vía de impedir al Gobierno la posibilidad de negociar con cuatro grupos parlamentarios (PP, Ciudadanos, Foro, Vox).
Es curioso que para tres grupos parlamentarios que aprobaron los presupuestos –Ciudadanos, IU, Foro–, la contestación al discurso del presidente se reduzca a la petición de alzar la voz ante Madrid. En el propio discurso se decía que «con la defensa de los intereses de Asturias por delante de cualquier otra consideración, mi gobierno está dispuesto a liderar la consecución de esas metas (asegurar la competitividad de la industria y sacar el máximo provecho de los fondos europeos)». La oposición no debe dedicarse a airear fórmulas simplistas.
Mallada entró en la cuestión del consenso para decir que la apelación de Barbón a la unidad es «mera pose, no busca consenso, sino humillación». Juicios de valor que chocan con la realidad del acuerdo presupuestario o la concertación social. Blanco dice que el pacto solo se busca con los cercanos. En realidad, el único grupo excluido fue Vox ¿El resto son cercanos?