Las dilaciones, silencios, obstáculos y negativas que ponen en Madrid a los planes del Principado pintan una línea continua.
Unas veces se niegan a transferir fondos que nos pertenecen, como los 86,5 millones de euros que nos adeudan de la liquidación del IVA del año 2017; dicen que la culpa la tiene Cristóbal Montoro, pero quien no entrega el dinero es María Jesús Montero.
Otras veces cambian las reglas en medio del partido, como la tramitación del Ingreso Mínimo Vital (IMV) del ministro Escrivá, y así 9.000 asturianos sin recursos no pueden acogerse al IMV.
El Principado hizo una segunda intentona para ver si el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones abría la ventanilla a los 9.000 expedientes, pero los astutos burócratas madrileños dijeron que “no” el 31 de diciembre, último día del plazo para solicitar el pago retroactivo de las mensualidades.
Si sumamos el dinero que no nos transfieren del IVA (86,5 millones) al salario social que tendremos que seguir pagando (34,5 millones) a los 9.000 infortunados, nos encontramos con 121 millones que solventaban todas las necesidades de los colectivos afectados por restricciones o cierres en la pandemia.
En ocasiones la estrategia del Gobierno opera en silencio, de esa forma nos encontramos con que la naviera Balearia había renunciado a gestionar la línea de Gijón a Nantes de la autopista del mar. No hará la ruta pero se marcha con las subvenciones que le sirvieron para modernizar los motores de los buques a conectar puertos de otras latitudes.
ÁBALOS
Balearia pidió a la Comisión Europea rehacer el contrato de la autopista del mar, eliminando la referencia a la línea Gijón-Nantes, para tener el dinero libre de compromisos. La gasinera que se iba a construir en Gijón se hará en Valencia. Jugada maestra de José Luis Ábalos, que es valenciano, aunque ministro de todos los españoles. Un suponer.
Ábalos ha paralizado el plan de vías de Gijón. Le falta unos meses para llevar tres años en el cargo y todo sigue como cuando llegó. Con una diferencia: antes había un plan aprobado por el Consejo de Ministros, y ahora está en la fase de volver a reubicar la estación intermodal.
Por cierto, ¿qué fue del plan de choque para la red de cercanías ferroviarias? Hace diecisiete meses, hubo una minicumbre en Madrid: Barbón y Cofiño se entrevistaron con Ábalos y su staff. Los asturianos llevaban una petición clara: no se podía esperar a la ejecución del plan 2017-2025, había que realizar actuaciones urgentes para poder mantener los tráficos de la antigua Feve.
Los gerifaltes madrileños se acogieron a razones administrativas para no comprometerse a nuevas inversiones; al final aceptaron la necesidad de actuaciones puntuales, entre ellas la compra de trenes de segunda mano para una línea de tercera. El 67% de los trenes de Feve llevan más de 35 años de servicio. Año y medio después las promesas se las llevó el viento.
RIBERA
La cuestión más lacerante es el tratamiento del Gobierno a la industria asturiana. No hay duda sobre el carácter industrial y energético de la región. Pese a ello, la política del Gobierno es muy lesiva para los intereses del sector.
Tras la promesa de crear un marco legal idóneo para las factorías electrointensivas, redactó un estatuto que no recoge ni una de sus aspiraciones asturianas. Si no cambian las normas, nuestras fábricas no podrán competir con las europeas, donde los costes energéticos son mucho más bajos.
La política industrial del Gobierno está predeterminada por el maximalismo ecológico de la vicepresidenta Ribera que desconfía de toda planta que expulse gases de efecto invernadero.
Por esa razón el Ejecutivo no mueve un dedo para salvar las fábricas de producción de aluminio primario, como Alú Ibérica. La Sepi no entrará en su accionariado para rescatarla. Al cruzarse de brazos el Gobierno permite que se cumpla el objetivo de Alcoa: el cierre de sus antiguas factorías.
Para Asturias es trágico que el Gobierno reduzca la política industrial a planteamientos medioambientales. El discurso verde que hoy domina hasta en la política municipal no trae por si solo riqueza y empleo. Creer que con molinos de viento, paneles solares y bicicletas seremos ya una sociedad rica es un sueño. En ningún país avanzado se prescinde de la metalurgia, pero en España queda supeditada a su adaptación a la descarbonización exprés.
PROBLEMA
El peso que tienen las comunidades gobernadas por los nacionalistas, la preferencia del Gobierno por el eje mediterráneo, la ideología verde del Ejecutivo y el envejecimiento y la despoblación del noroeste hacen que el Gobierno no tenga ninguna empatía con los problemas de la región.
Hay hermandad ideológica entre el Gobierno de Pedro Sánchez y el Principado de Adrián Barbón, pero cuando se desciende a los problemas concretos el Gobierno no muestra la menor sensibilidad hacia los problemas de Asturias.
Qué lejos queda aquel mitin de Pedro Sánchez en El Entrego, el 16 de diciembre de 2016, cuando elegía el corazón de la cuenca minera para iniciar la reconquista en el partido. La pancarta del escenario decía, “Asturias con Pedro”.
Es hora de ir pensando que si ellos no aportan soluciones, nosotros podemos convertirnos en su problema.