El Principado dejó sin gastar 258 millones de euros. La oposición, con la excepción de IU, ataca duramente al Gobierno regional por finalizar el ejercicio con superávit en una coyuntura en que se agolpan las necesidades. No es una buena noticia, desde luego, pero las cosas no son tan simples como se pudiera pensar. Si se consumen todos los recursos presupuestados y surgen urgencias sanitarias o sociales, ¿con qué dinero se atienden? La respuesta fácil es el préstamo bancario, pero la deuda ya está a unos niveles respetables. El Principado empezó a pagar a los proveedores a un plazo más largo del estipulado por falta de liquidez. Recurrió a la banca para poder hacerlo. Como puede deducir cualquiera, la gestión del presupuesto regional no es igual que regentar un bar. El plan de rescate aprobado el pasado mes de noviembre estaba dotado con 33,5 millones y creo recordar que sólo se gastaron 20. Pudo ser por falta de solicitudes bien documentadas o por las dificultades de la propia tramitación administrativa. Forzar la gestión de esos recursos contra el criterio de los técnicos del Principado puede derivar en una acusación de prevaricación administrativa. La carrera de más de un político asturiano se truncó así. Cuando algunos diputados dicen que todo lo que sobró se podía haber gastado en el fondo de rescate, quizás tengan razón o no, pero esa forma simple de pensar denota que llevan toda la vida militando en la oposición, sin gestionar ni una concejalía para juegos infantiles.
Podemos señala un punto sensible, las inversiones en la ampliación del hospital de Cabueñes que no se ejecutan porque el dinero se desvía para hacer frente a la deuda de Sogepsa o de la Zalia. A ver si el Ayuntamiento de Gijón levanta la voz, ya que entre la jibarización del plan de vías de Ábalos y el parón de la ampliación hospitalaria, los grandes proyectos para la ciudad quedan en nada. No obstante, la inversión en obras públicas ha dejado de ser una prioridad en la región. En este mandato, hubo ocasión de destinar una pequeña cantidad para carreteras y Podemos dijo que para servicios sociales.
La consejera de Hacienda, Ana Cárcaba, dice que la ejecución presupuestaria es muy parecida a la de otros años. Magro consuelo. Con el exceso de burocracia que padecemos, o hay un liderazgo político fuerte o el rigorismo administrativo se encarga de obstaculizar las mejores iniciativas. Aquí hubo dos que se impusieron al dragón: Álvarez Areces y Gabino de Lorenzo. Eso sí, con métodos distintos.