Celebrados los comicios madrileños llegó el momento de comunicar medidas impopulares. En el Plan de Recuperación que el Gobierno envió a Bruselas se explica que subiendo impuestos y tasas el Ejecutivo de coalición de izquierdas podrá incrementar la recaudación en 90.000 millones de euros. Coches y camiones están en la diana del Ministerio de Hacienda que piensa aumentar la imposición sobre el diésel, el impuesto de matriculación y crear “un mecanismo de pago por el uso de autopistas y autovías”. Detengámonos en el último punto que es la medida estrella del Gobierno: peajes en todas las vías de doble calzada, extendiendo en una segunda fase la iniciativa a las carreteras nacionales, e invitando a las comunidades autónomas a que hagan lo mismo con las vías de su competencia.
Para justificar la exacción el Gobierno dice que el mantenimiento de las carreteras es muy costoso y quiere que lo paguen los usuarios. Pere Navarro, el director general de Tráfico, justifica el peaje porque lo pagan las abuelitas que no tienen coche. Me admiran los simples: las abuelitas lo pagarán igual porque el peaje de los camiones repercutirá en el precio de los yogures que comen de postre.
Vamos a ver, señores del Gobierno, estamos hablando de cosas muy serias. Desde la primera postguerra, cuando se tardaba nueve horas para ir desde el centro de la región a Vegadeo, las carreteras estuvieron libres de peaje. Otra cosa son las autopistas financiadas directamente por las constructoras que luego las explotan. Las autovías y autopistas que no tienen peajes fueron costeadas con los impuestos de los españoles. Ahora quiere el Gobierno que se vuelva a pagar en concepto de mantenimiento. A Ábalos le parecerá indoloro porque habla del peaje en céntimos, pero la tasa va suponer un freno para el turismo, limitará los desplazamientos entre ciudades y aumentará, sin duda, el número de muertos al desplazar el tráfico hacia vías de cruce.
Alejandro Calvo, consejero de Infraestructuras, rechaza el peaje y asegura que el Gobierno regional no lo aplicará en las autovías de su competencia. Excelente noticia. Esperemos que sus palabras sean doctrina firme del Principado y soporten la prueba del tiempo. De Gijón a Oviedo, todos por la AS-II dejando vacía la autopista “Y”. Una forma de ahorrar que adquiere la forma de protesta colectiva. Olvidémonos del área metropolitana, porque Ábalos penaliza la movilidad. El peaje es para 2024, pero en 2023 habrá elecciones y a lo mejor se quedan sin BOE.