Adrián Pumares, el secretario general de Foro, dice algunas cosas llamativas con respecto a Cascos, los estatutos del partido, el congreso o el bable. Pumares afirma que la era Cascos está cerrada desde “el momento que dice que se va a ir del partido” ¿Pero no lo había expulsado la dirección de Foro? Por su parte Cascos hizo saber que nunca le habían notificado la citada expulsión. ¿En qué quedamos? ¿Lo echaron, se fue, está dentro? Las sanciones sólo son efectivas cuando se comunican, sea una multa de tráfico o una excomunión del Vaticano. El secretario general acusa a Cascos de judicializar la batalla interna, sin reparar en que la dirección de Foro ha utilizado la vía de los tribunales como única arma en la lucha contra el fundador del partido. Las dos partes han recurrido, en la misma medida, a la judicialización.

A las veinticuatro horas de acabar el congreso, Pumares dice que el preámbulo de los estatutos no aporta nada. Sorprendente. En el preámbulo se habla de que la culpa de los males de Asturias reside en una “oligarquía extractiva” que tiene complicidades políticas, sindicales, empresariales y mediáticas. Resulta que una afirmación tan original como descabellada no aporta nada. Para bien o para mal, una valoración así compromete a un partido. Igual que cuando se proclama, como recordó la presidenta, que Foro centrará “todos sus esfuerzos en la preservación de la identidad de Asturias como sujeto político de transcendencia histórica” y se añade que se “defenderá la completa personalidad del pueblo asturiano”. ¿Utilizar la misma jerga que los nacionalistas y entregar los mejores esfuerzos a la defensa identitaria de Asturias no es transcendente? En la entrevista se le pregunta por la enmienda al preámbulo presentada por Martínez Oblanca, el único diputado nacional de Foro, y Pumares se atreve a hacer un juicio de intenciones al afirmar que lo hizo porque “piensa en cómo van a acoger ese preámbulo ciertas personas”. ¿Sugiere que Oblanca no cree sinceramente en lo que enmienda? ¿Lo hace por razones inexplicables de conveniencia? Sorprendente. Para acabar de mejorarlo, Pumares dice refiriéndose a Oblanca que “ni se me pasa por la cabeza perseguirlo”. Alucinante. Para dar muestras de coherencia, señala que habló con Oblanca al acabar el congreso, pero de nada relacionado con él mismo sino de la visita de Reyes Maroto. En cuanto al bable, se marca como objetivo que no haya trabas ni imposiciones. Así es ahora. ¿Para qué la oficialidad, entonces?