Fundamentales es el principal fondo de cohesión territorial. El 70% de los recursos los pone Madrid, 24% Cataluña, 5% Baleares La Conferencia de Presidentes me trajo a la memoria un profesor en el Bachillerato que nos decía cosas como esta: “de la que bajo de la tarima repasad la Edad Media”. Pedro Sánchez pretendía en seis horas resolver los principales problemas de España por el método de escuchar intervenciones de cinco minutos de los presidentes autonómicos. Ni en tan corto lapso de tiempo nosotros avanzamos en el conocimiento de la Edad Media ni Sánchez y sus colegas solucionaron ninguna cuestión pendiente.
No obstante, la cumbre presidencial permitió atisbar la mentalidad de los presidentes, los prejuicios, errores y lagunas con las que un día abordarán los asuntos que en Salamanca dejaron sin atender.
Antes de entrar en la cuestión que más me llamó la atención, quería apuntar que el problema del declive demográfico no pinta demasiado bien para Asturias.
El reto demográfico entra dentro de las competencias de la vicepresidenta, Teresa Ribera. Le preocupa la España vacía y piensa destinar los 10.000 millones de los fondos europeos al área rural, para que aumente su participación en el PIB (en la actualidad es del 30%). El declive demográfico integral asturiano, que afecta a zonas rurales y urbanas, queda en un segundo plano.
Díaz Ayuso, con ese discurso heterodoxo que practica, lo dijo muy claro, “aquí nadie habla de natalidad y de que el problema es que no nacen niños”. No sé en Madrid, pero en Asturias es el problema capital.
Vamos a la cuestión principal. En la cumbre, hubo muchas referencias hacia el nuevo modelo de financiación autonómica. Cada presidente que tomó la palabra dijo lo que deseaba y de lo que abominaba.
NOROESTE
Voy a empezar por lo más cercano: el bloque del Noroeste. La acertada alianza tejida en los últimos años entre los gobiernos de Asturias, Galicia, Cantabria y Castilla y León, se ve ampliada en el tema de la financiación con los presidentes de Aragón y Castilla-La Mancha. Está bien sumar apoyos y tener una voz nítida. Pero hay que acertar.
Quieren un nuevo modelo de financiación basado en el coste real de los servicios para que todos los españoles puedan disfrutar de ellos en las mismas condiciones.
Vamos a ver, señores, el actual modelo ya se basa en el coste real de los servicios. El presidente Areces y consejero de Hacienda, Rabanal, pelearon para que constara que en Asturias, por ejemplo, el coste de la sanidad recogiera el agravante de una población envejecida, dispersa y con una orografía montañosa. Todo eso ya está en el actual modelo. Se pueden ponderar más esas variables, claro que sí, pero también lo pueden hacer otras regiones (Andalucía, Madrid, Cataluña) en el sentido contrario, dando más peso al incremento de la población o a lo costosas que resultan sus redes escolares con tantos niños. Todo está inventado.
URKULLU
Los presidentes del bloque del Noroeste defendieron un sistema “sin privilegios territoriales”. Perfecto. Ahora bien si se habla de privilegios hay que saber qué comunidades tienen una financiación privilegiada. Por encima de todas, País Vasco y Navarra.
De estas regiones los presidentes socialistas no dicen ni una palabra. En la víspera de la Conferencia de Presidentes, Sánchez transfirió a Urkullu tres tasas: transacciones financieras, servicios digitales e IVA del correo electrónico: 220 millones de euros anuales para el País Vasco. ¿No le venía bien el cobro de esas tasas al Principado?
Los presidentes socialistas están obsesionados con el “efecto capital” de Madrid y sus bajos impuestos. En la financiación autonómica, el efecto capital apenas tiene reflejo, porque el Impuesto de Sociedades no entra en el modelo y el tramo autonómico del IVA no depende de la localización de las empresas sino de los lugares donde se consume.
Sobre la igualdad de los tipos impositivos sufren un espejismo. Si Madrid y Asturias tuvieron los mismos tipos impositivos no se remediaba la desigualdad, porque en Madrid recaudarían proporcionalmente mucho más al haber más trabajo. Eso sin entrar en el respaldo constitucional a la autonomía fiscal de las comunidades autónomas.
El bloque del Noroeste debe marcarse otro objetivo: el incremento de los fondos de solidaridad. Esa es la gran cuestión.
Antes quiero mostrar el gran hallazgo de la presidenta balear, Francina Armengol: “las Baleares somos la primera o la segunda comunidad que más aporta al sistema de financiación”.
MADRID
El Fondo Estatal de Garantía de Servicios Públicos y 1% Cantabria. Todas las demás regiones, sin excepción, recibimos dinero de ese fondo. Con los números en la mano culpar a Madrid es ridículo. Francina será la presidenta balear, pero vive en Marte.
La primera reivindicación del bloque del Noroeste debe ser el incremento del Fondo de Compensación Interterritorial, que es el único recogido en la Constitución, y por lo tanto deben financiar también el País Vasco y Navarra.
Soy consciente de que todas estas reflexiones no sirven de nada, si Cataluña queda fuera del sistema y recibe financiación del Estado por vía bilateral. Como ocurre con el País Vasco que paga menos que hace catorce años por las competencias que presta el Estado en su territorio.
Las cartas están marcadas, pero hay que saber a lo que se juega.