El Ministerio del Interior ha decidido suprimir la comandancia de Gijón para quedar con una sola comandancia en Asturias, ubicada en Oviedo. Asturias y Cádiz eran las dos únicas provincias que tenían dos comandancias, pero el ministro Grande-Marlaska debió de pensar que era más barato concentrar el mando en la capital de la región. Por un Real Decreto de 1997 se acordó adecuar el despliegue de la Guardia Civil a la realidad autonómica. A cada comunidad le correspondería una zona del Instituto Armado y en cada provincia habría al menos una comandancia. En el Real Decreto se explicitaba que en las provincias con dos comandancias se mantendrían ambas hasta que el Consejo de Ministros decidiera cuántas eran necesarias. El Gobierno de Pedro Sánchez considera que llegó el momento de recentralizar el mando. Ahora hace falta que alguien explique las razones reales en que se sustenta la decisión. Digo esto último porque el anuncio ha estado acompañado de lugares comunes, como “evitar duplicidades” o “ganar operatividad”. Más que argumentos parecen un copia y pega de las fusiones empresariales.

Antes de arriar la bandera en Contrueces hay que decir algunas cosas. Vamos a dar por bueno que el mapa de las zonas del Instituto Armado se superponga con los límites de las Autonomías. Ahora bien, el número de las comandancias y su ubicación tienen que estar en función de la seguridad de los ciudadanos que es tanto como decir de la prevención y persecución del delito. Dudo mucho que la organización de los efectivos deba ser la misma en La Rioja que en Madrid, por el simple hecho de ser ambas comunidades uniprovinciales. Son dos realidades absolutamente distintas. Ya que cito a La Rioja conviene reseñar que apenas tiene unos miles de habitantes más que Gijón. Al relacionar Madrid, La Rioja y Gijón pretendo decir que la reestructuración territorial de la Guardia Civil responde sólo a razones burocráticas que tienen en la centralización su propia ley de la gravedad que lo ordena todo. En este caso se opta por oficinas más grandes para reprimir un delito que queda más lejos. Avanzar en la recentralización no significa ganar en seguridad. En todos los informes, Asturias y Navarra aparecen como las comunidades más seguras de España. No hay nada que tocar. Yo que Marlaska me preocuparía por Cataluña y tomaría medidas para evitar que se repitiera la vergüenza de tener hacinados a miles de policías y guardias civiles en cruceros de placer con dibujos de Piolín por bandera.