Agosto es el único mes sin agenda oficial porque las instituciones quedan en servicios mínimos y los políticos disfrutan del derecho a la vida privada. Pese a ello, casi siempre nos deja algunos hechos, datos, decisiones que preludian lo que va a ocurrir en el próximo curso político. El aire vacacional no ha ocultado que empieza un nuevo ciclo económico, social y político dominado por la sensación de optimismo.

Tras año y medio de vida tensionada y tenebrosos augurios, se ha perdido el miedo. Las terrazas con mesas redondas de menos de un metro de diámetro permiten apiñarse hasta seis personas sin mascarilla, porque es importante que la tela no oculte las sonrisas. Mientras escribo esto tengo en la mente el rostro de Carolina Darias. Ya estamos vacunados. No pasa nada. Si hace falta nos ponemos una tercera dosis o una cuarta, pero hay que recuperar la normalidad a toda costa. La pandemia es un asunto del pasado, aunque en las semanas que llevamos de quinta ola se infectaron 10.000 sanitarios en España, y eso que ya en marzo estaban todos vacunados. Ayer hubo más de 12.000 contagios y 121 fallecidos. La mayoría tenían más de 70 años, como ocurría en los primeros meses de la pandemia, solo que ahora son menos los decesos, aunque casi todos habían recibido la doble dosis. Los números no cuentan, la gente ya está harta de tanta precaución, así que a disfrutar de la vida.

Llegaron los 9.000 millones de euros, el primer anticipo de los fondos europeos. Optimismo a raudales. Una buena razón para subir el salario mínimo, como dejó entrever Nadia Calviño. Hace cuatro años estaba en 707 euros y en la actualidad llega a los 950. Yolanda Díaz prepara otro incremento entre el 6% y el 10%. El objetivo de legislatura es colocarlo en el 60% del salario medio, con la pequeña diferencia de que el salario medio es fruto de los equilibrios del mercado y el salario mínimo es una decisión gubernamental. El Banco de España dice que con alzas excesivas habrá más jóvenes en paro. Ni caso, son unos cenizos. Digo yo que si llega dinero de Europa será para gastarlo, ¿verdad?

Con los fondos europeos Bruselas sanciona lo que ya era ley en Asturias: lo importante no es la inversión sino la subvención. Ejemplo, aquí en Gijón todos los turistas que vengan entre septiembre y enero podrán acceder a un descuento del 40% en la factura. Sólo pagarán el 60% del precio de la habitación. El resto se lo pagamos nosotros. Así se aprecia el carácter positivo de la subvención. Otra prueba de optimismo.