Partidos de la oposición y colectivos asturianistas opinaron sobre las declaraciones realizadas, en la víspera, por Adrián Barbón. El presidente había recalcado, en sede parlamentaria, que mientras gobierne el PSOE el bable no será nunca lengua vehicular en la educación y que a los funcionarios no se les exigirá saber hablar en bable. Cuando se discute de la cooficialidad de las lenguas vernáculas, esas son las dos cuestiones básicas que reivindican los partidarios del bilingüismo oficial y, también, las que suscitan conflictos y dividen a la sociedad. Por tanto, había interés por conocer lo que piensan los adversarios y los socios del Gobierno de la cooficialidad, tal como la entiende Adrián Barbón.
PP, Ciudadanos y Vox han puesto distancia con el presidente porque no se fían de un modelo de oficialidad, aparentemente, sin deberes. Una reacción previsible, ya que los tres grupos están en contra del bilingüismo oficial. Más enjundia tuvo la respuesta de la izquierda y los asturianistas, teóricamente agraviados con un tipo de oficialidad que deja al bable como estaba, reducido a una asignatura en los planes de estudio y sin contabilizar como mérito en las oposiciones a funcionario.
Pues bien, partidos y colectivos evitaron criticar el modelo de Barbón y se limitaron a decir que la prioridad es la oficialidad y, luego, ya se discutirá la ley que desarrolle «los detalles» de la normalización del bable. Sólo Podemos se atrevió a matizar: «Tiene que existir, al menos, una asignatura de lengua y literatura asturiana obligatoria en todas las etapas educativas y la llingua tendrá que puntuar en las oposiciones». Nunca estuvieron tan moderados en seis años de actividad parlamentaria.
Desde el inicio del proceso, la izquierda y los asturianistas optaron por ocultar la mercancía. Hay algo debajo del tapete, pero no se sabe exactamente qué es. Barbón nos dio su versión y el resto optó por respuestas evasivas para no abrir el debate sobre lo que importa: las consecuencias concretas de la oficialidad, porque a estas alturas parece una simple distinción honorífica para la llingua. ¿Qué derechos y obligaciones conlleva?
Desde FSA afirmaron que Barbón habló para «apaciguar a las organizaciones asturianistas». Hombre, collacios, si hasta los más despistados saben que las palabras solo iban destinadas a Foro. Por cierto, Adrián Pumares, dijo que «no sabe a qué se refiere el presidente».
Pero si lo entendimos todos. Debe ser que no lo dijo en bable.