Foro quiere elevar el mínimo exento en el Impuesto de Sucesiones y Donaciones de los 300.000 euros actuales al millón de euros. IU dice que se levanta de la mesa de negociación sobre la reforma del Estatuto de autonomía si se retoca la fiscalidad. El pasado año se recaudaron 72,8 millones de euros de las herencias y donaciones. Sería interesante saber cuántos ingresos se obtendrían elevando el mínimo exento, tal como propone Foro. La consejera de Hacienda y su equipo llevan tres semanas estudiando la cuestión sin dar una respuesta. Es más que probable que la sepan, pero el libro de estilo dice que gobernar pasa por no informar.
Sea mucho o poco, IU no va a cambiar de posición, porque constituye uno de los pilares de su discurso político. En su programa económico los impuestos directos (IRPF, Sociedades, Patrimonio, Sucesiones y Donaciones) siempre tienen unos tipos impositivos elevados. Sobre esa materia la izquierda ha labrado su principal mandamiento fiscal: deben pagar más los que más ganan o tienen. La progresividad. El sistema fiscal español es progresivo. Si uno observa lo que se paga con rentas de 30.000 euros, 60.000 ó 150.000 lo comprueba. Lo mismo ocurre con Patrimonio o Sucesiones. Aceptada la progresividad, la diferencia entre IU y los partidos que están a su derecha (todos menos uno) consiste en elevar más o menos los tipos.
El impuesto de Sucesiones tiene un sustrato especial al versar sobre las herencias. La casa de los padres o cualquier bien de un progenitor tienen junto a su valor económico un componente emocional que lo singulariza. Hay una realidad lacerante en Asturias: es el territorio donde se renuncia a más herencias. De media, cinco al día. La izquierda asturiana defiende este tributo, presentándolo como un impuesto equilibrado, nada confiscador, pero nunca explica por qué ocupamos el primer puesto en bienes sin heredar. Repasando los debates parlamentarios se aprecian las concepciones tan curiosas que hay detrás de este impuesto. El presidente Barbón hizo hincapié en que la carga del impuesto era más pesada para los familiares que no fueran descendientes directos. ¿Por qué si alguien hereda una vivienda de un hermano tiene que pagar una cantidad elevada? Somos la tercera región en que más se gravan las herencias entre hermanos. En una ocasión, Ana Cárcaba dijo que era «uno de los impuestos más efectivos a la hora de reducir la desigualdad social». Si pule un poco más el tributo acaba con los ricos. Todos pobres. Qué paraíso.