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Juan Neira

LARGO DE CAFE

EL MODELO GIJÓN

El pleno de la Junta General del Principado sobre los presupuestos se desarrolló sin sobresaltos, con los grupos parlamentarios del PSOE, Ciudadanos e IU rechazando las enmiendas a la totalidad presentadas por PP, Foro y Vox. Resultado: habrá un nuevo presupuesto para 2022, reforzado por los fondos europeos.

Sobre las cuentas solo quiero decir que su importancia para Asturias no depende de las cifras aprobadas, sino de la ejecución de las partidas. Si se continúa con una gestión laxa de las cuentas, dejando la mayor parte de las inversiones sin aplicar, de poco importa lo que se aprueba. En este asunto debería apretar la oposición, pero no lo hace, y así entre unos y otros se encargan de convertir los debates presupuestarios en un ejercicio retórico, cargado de intenciones, pero desprovisto de realidad. No ocurre sólo en Asturias, pero aquí toca hablar de ella.

Si dejamos a un lado el contenido específico del presupuesto -la distribución de recursos económicos- nos encontramos con que el discurso más prospectivo lo realizó el coordinador general de IU, Ovidio Zapico, al animar a los grupos de izquierda a repetir el «modelo Gijón», porque según él en la villa de Jovellanos se creó «una nueva realidad política» con la reciente aprobación del presupuesto realizada por PSOE, Podemos e IU.

Para Zapico, el Gobierno asturiano debe distanciarse de «la anomalía de Ciudadanos» para ir hacia una mayoría de izquierdas. A Podemos le recordó que la izquierda no puede encogerse de hombros y debe implicarse en la lucha contra la agenda conservadora (rebajas fiscales) y bloquear las políticas de los grupos de presión. Todo esto venía a cuento de las propuestas de Ciudadanos que estarían dictadas por organizaciones empresariales.

Podemos

Quedan 17 meses de mandato y la situación en la izquierda dio un cambio con las elecciones primarias en Podemos. La dirección del partido morado llevó hasta sus últimas consecuencias la operación de acoso y derribo de Ripa. Lo primero fue elegir a una persona fiel a los dictados de Madrid y, luego, verter fantásticas acusaciones de corrupción, para llegar a unas elecciones digitales, sin dar a conocer el censo de electores, que dictaron sentencia. No se sabía cuántos podían votar ni quiénes eran.

Una situación así no se da en ningún otro partido. Ni siquiera en Bildu. Hablar de victoria electoral jugando con esas cartas es un sarcasmo. Ione Belarra resumió muy bien el resultado al decir que tendrá relaciones más fluidas con la organización asturiana. Imposible dudarlo.

El cambio en la dirección asturiana conllevará un giro en las alianzas para alinearse con la estrategia de Madrid. Podemos renunciará a la posición autónoma que mantuvo en el Principado, desde 2015, para apoyar al PSOE en todas las cuestiones importantes, como los presupuestos. Si en Madrid son socios, en la Junta General del Principado, también. Las prioridades de Ione Belarra e Irene Montero serán las prioridades para el grupo encabezado por Lucía Castañón.

Cuando Zapico habló del «modelo Gijón» no era solo por el acuerdo de izquierdas sobre el presupuesto municipal gijonés, sino porque es consciente de que Podemos va a asumir, por la vía de los hechos, la estrategia de IU.

Se abre una ocasión para el tripartito de izquierdas. Ya llegará el momento de la competencia interna, cuando el aparato del partido (Belarra, Montero) colisione con Yolanda Díaz (‘ex’ de IU y de CC OO de toda la vida) porque defienden dos proyectos distintos.

La puesta en práctica del tripartito depende del PSOE. La estrategia de la geometría variable, con pactos transversales, proyecta una imagen centrada de los socialistas muy apreciada en coyunturas electorales. Ahora bien, los socios de la derecha se caen a trozos.

Socios

Ciudadanos no llega a ser una mala copia de lo que fue. El grupo parlamentario asturiano está dividido en dos; el 13 de febrero sufrirán un duro castigo electoral en Castilla y León e Inés Arrimadas carece de una política para impedir la hemorragia de votos. Para colmo de desdichas, en la Junta General del Principado operan con las ideas de unos y la pluma de otros. Y todavía se atrevían a decir que tenían redactada una enmienda a la totalidad.

La posición de Foro no es muy distinta. Su misión en esta legislatura es convertir al bable y al eonaviego en lenguas oficiales. Para ello debe su diputado votar con las tres fuerzas de izquierda, frente a todo el centroderecha. El papelón del mandato.

Puestos en esa tesitura utilizaron el debate de los presupuestos para escenificar un ficticio distanciamiento del PSOE, defendiendo una enmienda a la totalidad de la cuentas. El pasado año, un presupuesto igual, pero restringido, mereció su apoyo. Desde la incoherencia quieren ganar una imposible vitola de independencia. Son un satélite en la política asturiana que orbita en torno al planeta más grande.

Adrián Barbón tendrá que escoger entre las descoyuntadas facciones del centroderecha o la unidad de la izquierda. Si pone las luces cortas, verá que la entente centrista servirá hasta las elecciones. Las urnas simplificarán el mapa de siglas y la derecha será cosa de dos grupos inhábiles para aliarse con el PSOE.

Si conduce con luces largas el futuro es igualmente azaroso, aunque con el modelo Gijón hubo quien gobernó hasta tres mandatos. Y porque el aparato de la FSA le impidió el cuarto.

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por JUAN NEIRA

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