Rafael Palacios, actuando como portavoz de Podemos, anunció que su grupo se abstendrá en la votación final del presupuesto. Con el voto afirmativo del PSOE e IU y la abstención del partido morado el proyecto de cuentas regionales para 2022 quedará aprobado. Resulta indiferente lo que haga Ciudadanos. El partido naranja se había posicionado en contra de las enmiendas a la totalidad para salvar el presupuesto, pero dejó su voto final en el aire, en función de las concesiones que pueda a arrancarle al Gobierno. Ahora su decisión es irrelevante, la izquierda tripartita se basta por sí sola.

La intervención de Palacios fue singular, ya que dedicó más esfuerzos en criticar al equipo de Daniel Ripa que a hablar del presupuesto. De sus palabras se colige que la falta de entendimiento entre el Gobierno y Podemos es imputable a Ripa («ha demostrado en esta legislatura que es incapaz de llegar a ningún acuerdo con nadie»). Por culpa de Ripa Podemos está «en la irrelevancia política y sin margen para grandes acuerdos». Si en el pleno de la Junta General del Principado repite la argumentación, con semejante vehemencia, supongo que el grupo parlamentario socialista se pondrá en pie y le dedicará una cerrada ovación. Con líderes opositores así es capaz de gobernar Asturias un chaval (chavala) de las Juventudes Socialistas. Por si alguien no se había percatado, expresó su esperanza de que a partir de ahora se pueda hacer valer «que existen 26 diputados de izquierda en la Junta». El discurso de Palacios es el mejor regalo que podría recibir Adrián Barbón después del trance complicado que vivió por culpa del virus.

En la Federación Socialista Asturiana (FSA) tienen experiencia en gestionar situaciones como esta, así que no se van a dejar impresionar por las palabras de Palacios y formalizarán el acuerdo con Ciudadanos. Cuatro partidos cerrarán filas en torno al presupuesto, uno menos que el pasado año. La diferencia está en Foro que esta vez se opone a las cuentas. El diputado forista, Adrián Pumares, tiene permiso para hacer un poco de teatro, ya que a la vuelta de las Navidades le toca avalar la gran operación de esta legislatura: hacer de Asturias una tierra con tres lenguas oficiales. Necesita para ello vestirse en la ceremonia de los presupuestos con el ropaje antisocialista para prestar luego el mejor servicio a la izquierda. No nos adelantemos a los acontecimientos. Hoy toca constatar que Podemos estrena en Asturias su versión oficialista tras seis años de rebeldía.