>

Blogs

Juan Neira

LARGO DE CAFE

LAS RECETAS DE GARZÓN

Cuando Pedro Sánchez formó el primer Gobierno de la actual legislatura, que ahora llega a su ecuador, la novedad estaba en que por primera vez en España había un Ejecutivo de coalición, PSOE y Unidas Podemos. A los pocos meses comprobamos que había dos ministros que no encajaban en el estereotipo del cargo: Castells y Garzón. El primero, escasamente político, y el segundo, totalmente ideológico. Castells volvió a reintegrarse a la sociedad civil, mientras que Garzón sigue formando parte del Consejo de Ministros. Si al configurarse el Gabinete había dudas sobre la conveniencia de crear el Ministerio de Consumo, tras dos años largos de experiencia queda claro que se trata de un departamento prescindible. Al desprestigio de la cartera contribuyó su titular con manifestaciones extemporáneas.

En el pasado mes de julio, sorprendió con un vídeo proponiendo reducir la ingesta de carne, porque somos el país de la UE que más la consume. Un ataque directo al sector cárnico por parte de un ministro del propio país. Decía que comiendo menos se reducirían las muertes en un 20%; también se mostraba preocupado por «la salud del planeta», ya que «nos lo estamos cargando». El clásico dirigente político con un porcentaje alto de consumo ideológico que quiere obligar a los demás a comer lo que dice.

En las pasadas Navidades, desde la prensa británica, volvió a referirse a la carne española, con ataques a las explotaciones ganaderas que ofertan un producto de «peor calidad», incurren en «maltrato animal» y provocan un «impacto ecológico descomunal». Los ganaderos respondieron indignados y políticos de todas las tendencias, menos de la suya, descalificaron las palabras del ministro. Posteriormente, explicó que por un problema de espacio en el periódico no habían recogido bien sus críticas que tenían como único objetivo las explotaciones intensivas. Vamos a ver, las explotaciones intensivas, como las extensivas, pasan controles sanitarios y la carne que llega a los mercados tiene unos estándares de calidad incontestables. La ganadería española se salva (compite) haciendo más grandes las explotaciones.

En 1996 había 250.000 y ahora hay solo 14.700, pero producimos más. Hace 30 años, las explotaciones tenían, de media, siete vacas, ahora son de 57 cabezas, como en Francia. En Soria, Palencia o Burgos hay proyectos de macrogranjas (leche y carne), como forma de asentar población. Veremos cuántos votan a los camaradas de Garzón, el 13 de febrero, en Castilla y León.

Temas

por JUAN NEIRA

Sobre el autor


enero 2022
MTWTFSS
     12
3456789
10111213141516
17181920212223
24252627282930
31