La comunidad educativa y los ayuntamientos han registrado alegaciones al plan estratégico presentado por el rector Ignacio Villaverde, donde se contempla la distribución de las titulaciones por los campus y la gestión de las infraestructuras. El plan no es contemporizador con los intereses municipales, sino que el rector optó por el que creía mejor, incluyendo una importante reubicación de los estudios de grado en los distintos edificios del alma mater para dar solución a los acuciantes problemas de espacio. Una propuesta nada continuista que fue contestada desde las tres ciudades universitarias, Gijón, Oviedo y Mieres.
La Escuela Politécnica de Ingeniería de Gijón (EPI) pide la supresión del nuevo grado en energías renovables de Mieres porque hay otro en el campus gijonés. Habría una duplicidad en el 60% de las materias. A mayor abundamiento el grado en renovables tiene un carácter marcadamente industrial, así que no procede implantarlo fuera de la EPI, en el caso de que se vaya a ofertar como nueva titulación. La petición de la EPI debe ser más que razonable dado que la Escuela Politécnica de Mieres rechaza el grado en renovables. Sería bueno que el equipo rectoral reconsidere la decisión tomada y opte por dejar las cosas como están. Es probable que al Gobierno le satisficiera especialmente la implantación de esa titulación en Mieres, pero no se debe incorporar en contra de los académicos responsables de impartirla.
La Escuela de Ingeniería de Minas de Oviedo ha alegado contra el traslado a Mieres. Profesores y alumnos están movilizados y el Ayuntamiento está dispuesto a implicar a la ciudad en la batalla contra la pérdida de la carrera. La titulación ha perdido peso con los cierres de minas en España, pero es un símbolo de un pasado glorioso, cuando las ingenierías estaban jerarquizadas: primero, ingenieros de caminos, luego, ingenieros de minas y navales. Un residuo de la sociedad estamental. En este caso, tampoco desde el campus de Mieres ven clara la fusión. En una muestra de pragmatismo, el director de la Escuela de Ingenieros de Oviedo ofrece espacio del edificio para acomodar los estudios de Ciencias, tal como desea el rector. Hay margen para el entendimiento. Por cierto, el alcalde de Mieres, Aníbal Vázquez, no aprecia lo que le ofrecen, pero ansía lo que le quitan, entendiendo por quitar lo prometido por el anterior rector: el grado de Deporte que va para Oviedo. Conclusión: gobernar la Universidad requiere paciencia y técnica de orfebre.