El próximo viernes habrá una nueva cumbre de Pedro Sánchez con los presidentes autonómicos. Es la vigesimosexta, la mayor parte de ellas celebradas con el líder socialista en la Moncloa. La pandemia ha servido para reactivar este foro que no deberíamos desdeñar dada la falta de diálogo y el enroque de posiciones que domina la política española. Hasta la fecha no fueron muy operativas por cuestiones de método. Asuntos importantes y conflictivos no se pueden solucionar en una reunión multilateral de cinco o seis horas. Hay que realizar un trabajo previo que desbroce el camino hacia el acuerdo. En la cita de esta semana se va a aprobar una reforma del reglamento que debe dar una mayor operatividad a las cumbres.
El presidente del Principado, Adrián Barbón, lleva en cartera la petición de agilizar la gestión de los fondos europeos extraordinarios, tanto los englobados en el capítulo, Next Generation, como los correspondientes a la Transición Justa. Desde hace dos años, la lluvia de millones es el gran tema en los países miembros de la Unión Europea. Bruselas alabó en su día el destino que va a dar el Gobierno de España a los fondos, aunque uno en su ignorancia piensa que se podían aprovechar de una forma mucho más eficaz. Emplear millones y millones en remodelaciones urbanas resulta inexplicable. El dinero extraordinario no debe servir para algo tan ordinario como ampliar una zona verde. Deberían destinarse a hacer más productiva la economía española, pero mencionar la productividad a la clase política española es como hablar en sánscrito. En Asturias, al menos, tenemos proyectos industriales de envergadura. A ver si al final logran pasar el cribado y obtienen financiación. Los fondos pueden suponer una gran desilusión si queda una parte sustancial sin ejecutar. No cabe descartar esa posibilidad porque ya ocurre con los fondos tradicionales (Feder, Feader, Fondo de Cohesión, etc.) y en esta ocasión hay menos tiempo para gestionarlos. Barbón menciona el Fondo de la Transición Justa que tiene una especial relación con Asturias. Cuando se creó en Bruselas mencionaron a los mineros de Asturias, Silesia y Macedonia. Parecía que iba a ser una gran ayuda para la región y acumula más retrasos que el resto.
La conferencia será una ocasión pintiparada para una reunión sectorial de los presidentes del PP sobre su problemática específica. Ayuso recibirá los parabienes como triunfadora en la guerra interna, aunque quizás Feijóo gobierne en la paz. Está por ver.