Rueda de prensa de Adrián Barbón tras la primera reunión de la nueva Comisión Ejecutiva de la FSA. El líder socialista abordó los problemas económicos del presente. Lástima que en el pasado Congreso no hayan reservado un tiempo a estos asuntos que son los que nos conciernen a todos, Administración y administrados. Adrián Barbón se mostró dispuesto a ayudar a los colectivos más afectados por la crisis, pero estableció cautelas. Está en contra de una bajada indiscriminada de impuestos porque pondría en riesgo el Estado del Bienestar. A los sindicatos tampoco les gusta la rebaja fiscal y la vicepresidenta Calviño es del mismo parecer, aunque lo justificó con un argumento peregrino: se pueden hacer bajadas fiscales y que suba el precio de la energía. Claro que sí, señora, pero si no se bajan los impuestos el precio que pagaría el consumidor por la energía sería todavía más alto. La de cosas que se dicen para defender lo indefendible. Hay dos formas de ayudar a los afectados por la subida de precios: bajar los impuestos o crear un fondo de rescate. A los políticos les gusta más la segunda porque ante la gente tienen un mayor protagonismo al repartir el dinero entre los colectivos damnificados según unos baremos que ellos confeccionan. Mientras se perfila el sistema de ayudas, el Principado le ha pedido al Gobierno central una demora en el pago de los créditos ICO, actuar sobre el precio de los carburantes y sobre el coste de la luz que soportan las industrias electrointensivas. Estos son los deberes que le pone al Estado. También podría aplicar el Principado una prórroga en las obligaciones fiscales. En cuanto a los hidrocarburos, si el Gobierno central acuerda una rebaja fiscal los más afectados serán las comunidades autónomas. El coste de la energía para la gran industria indigna a los asturianos. El Gobierno tuvo muchas ocasiones para introducir elementos de corrección, pero en el Ministerio de la Transición Ecológica consideran que el progreso pasa por apagar las chimeneas. Cuanto antes, mejor.
El presidente Barbón volvió a insistir en que «el gas salga del sistema de fijación de precios de la energía». Hay consenso en la clase política sobre ello. Vamos a ver, el gas lo sacamos del precio de la energía, pero lo seguimos usando en las mismas cantidades para generar electricidad. ¿Y cómo se retribuye el gas importado a un precio desorbitado? Se podrá alterar artificialmente el precio de la energía, pero a costa de generar una deuda. Vuelta al déficit de tarifa.