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Juan Neira

LARGO DE CAFE

VÍCTIMAS DE LA LOMLOE

 

Al presentar la Lomloe Isabel Celaá explicó que buscaba seis objetivos. Citó en primer lugar la reducción del abandono escolar, que en España alcanza el 17,3%, mientras que en la Unión Europea es del 10,6%. A continuación enunció otras metas: cambiar el currículo, mejorar el sistema de evaluación y atajar el abuso de la repetición de curso, dado que hay un 29% de estudiantes de quince años que ya ha repetido; en la UE solo es el 13%. La lista de objetivos la completó con afianzar la autonomía de los centros y reformar la carrera docente.

Las cuatro primeras metas constituyen la clave del cambio radical que introduce la Lomloe en la educación española, consistente en rebajar el nivel de conocimientos que adquieren los alumnos y dar una prioridad absoluta a expender títulos para todos con independencia del aprovechamiento escolar.

En Bruselas nos amonestaron por ser el país con más abandono escolar. El Gobierno encontró la solución: se reduce el contenido del programa, la evaluación se convierte en un mero trámite para firmar el aprobado general y la repetición pasa a ser un recurso excepcional.

La Lomloe habla de saberes básicos y saberes deseables. Una división desconcertante, porque hasta ahora las leyes de educación señalaban los contenidos y se olvidaban de deseos.

Saberes

La división tiene un truco: el Ministerio de Educación fija el saber básico y deja en manos de las consejerías de Educación, centros escolares y profesores los saberes deseables. ¿Dónde está el truco? Cuando un partido de la oposición o un sindicato se queje de que en el currículo falta esto o lo otro, el Gobierno traspasará la responsabilidad a las autonomías y a los profesores. ¿Qué en el Decreto-Ley que desarrolla la ESO no se incluye el descubrimiento de América? Los gobiernos regionales tienen la palabra. Si un profesor tiene tiempo y humor, que hable a sus alumnos de Cristóbal Colón. Lamentábamos que hubiese 17 currículos escolares, uno por cada comunidad autónoma, pero con la Lomloe la diversidad va a ser infinita.

Sin embargo, a la hora de evaluar y decidir la promoción del alumno solo hay el criterio del Gobierno: los suspensos no tienen valor, la promoción de curso se generaliza, aunque no haya un solo aprobado. Para evitar problemas desaparecen las notas y los exámenes de recuperación. Ni las consejerías de Educación ni los equipos directivos podrán introducir otras pautas.

El Gobierno ha añadido dos advertencias sobre la promoción de los alumnos: no se pueden tener en cuenta el número de suspensos ni tampoco cabe valorar si las materias en que un alumno va más retrasado son troncales (Matemáticas, Lengua) o específicas (Artes Escénicas, Educación Física).

Titulaciones

La apuesta es clara: todos los estudiantes obtendrán la titulación en la ESO, aunque no connote conocimientos. Sobre las carencias de contenidos el tema estrella es la Filosofía, ausente en el currículo de la ESO. Nueve comunidades autónomas han contraatacado y la incluyen en la parte del currículo que ellas controlan. No solo actúan así gobiernos del PP, también los del PSOE (Aragón, Extremadura, Baleares).

El desastre es mucho más amplio. La Historia queda convertida en un guion para debates. Se divide en seis apartados. Tres ejemplos: desigualdad social y disputa por el poder; marginación, segregación, control y sumisión en la historia; familia, linaje y casta. No hay fechas ni hechos. El descubrimiento de América y la Revolución Francesa, que abren las puertas de la Historia Moderna y la Historia Contemporánea, no figuran en el currículo. Una provocación. En las Matemáticas llama la atención que no contemplen los números irracionales («no se incluye el manejo de expresiones radicales») porque no van a poder operar con funciones algebraicas. Lo dejan para el Bachillerato o para la Universidad.

Sin embargo, entran nuevos contenidos como ecofeminismo, ética de los cuidados, cultura del pueblo gitano, etcétera.

Uno de los aspectos más chirriantes es la incursión del esoterismo en el currículo al vincular las Matemáticas con el sentido afectivo o utilizar la música y la plástica para romper los roles de género. Se ve que militan en el irracionalismo, aunque rechacen los números irracionales.

Barbón

Adrián Barbón y la consejera de Educación, Lydia Espina, tienen la obligación de proteger a los estudiantes asturianos del giro demagógico emprendido por el Ministerio de Educación hacia la ignorancia.

El Principado no puede ser cómplice de este intento insólito de ocultación de conocimientos. Tienen que aprovechar la parte del currículo autonómico para dar contenidos reales. Más de la mitad de los gobiernos autonómicos ya avanzaron en esa dirección.

Menos desvelos por la lengua eonaviega y más rigor con los contenidos de la educación. Si no intervienen el sistema se degradará irremisiblemente en pocos años. Con el aprobado garantizado los alumnos no estudiarán y el profesorado se desmoralizará, obligado a centrar sus esfuerzos en ridiculeces.

No podemos permitirnos el lujo de sacar conocimiento del currículo para introducir ideología. Sin una juventud bien formada, Asturias no levantará cabeza.

Cuando la crisis de las hipotecas subprime se decía que para cambiar el modelo productivo había que mejorar la educación. Doce años más tarde la tarea más urgente es evitar que toda una generación sea víctima de la Lomloe.

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por JUAN NEIRA

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