Compareció Jaime Izquierdo en la Junta General del Principado, como comisionado para el Reto Demográfico. Este señor está nombrado por el presidente del Principado para asesorarle en cuestiones relativas a la demografía. En el organigrama de la Administración regional no está encuadrado en ninguna consejería, depende directamente del presidente. Hay un sector amplio de la oposición que muestra una especial animadversión hacia él. Adrián Pumares (Foro) dijo que volverá a pedir su cese, «por ausencia de políticas demográficas de este Gobierno». Muy bien, entonces que pida el cese de Adrián Barbón. A ver si nos aclaramos, Jaime Izquierdo no es consejero. No tiene un equipo. Trabaja solo. Sara Álvarez (Vox) criticó la gran cantidad de recursos que se destinan al comisionado, más de 1.192 millones de euros. Ahora nos enteramos de que detrás del gasto sanitario, el segundo capítulo de gastos en el Principado es el demográfico. Qué cosas hay que oír.

Toda esa millonada, de ubicarse en algún sitio, estará repartida, teóricamente, entre distintas consejerías. No depende del comisionado ni constan en el presupuesto del Principado como parte de un capítulo demográfico. Sucede lo mismo que con la concertación social. No hagamos demagogia barata. Todos sabemos que el Gobierno destina muy pocos recursos al declive demográfico. Si la oposición se siente feliz jugando al pin, pan, pum con un señor que trabaja en una oficina unipersonal con capacidad de propuesta al presidente, pero no de gestión, es muy libre de hacerlo. Así se labra la alternativa de Gobierno.

Ante los diputados Jaime Izquierdo afirmó que «la mejor política demográfica es un buen mercado laboral que traiga gente de fuera y extranjería a trabajar». Toda la gente que trabaja sobre demografía coincide en ese diagnóstico. A estas alturas ya es un lugar común. El problema de Asturias es que resulta más difícil crear un empleo que traer un niño al mundo. Quiero decir que el remedio (empleo) ya encierra en sí mismo una dificultad más grande que el problema (declive demográfico).

No podemos fiarlo todo a la creación de empleo porque apenas hay. El comisionado declaró que «no puedo poner ninguna medida de fomento de la natalidad porque no las hay». Dan ayudas directas por hijo en Noruega, Suecia, Finlandia, Francia, Alemania, Austria ó Luxemburgo. Lo cierto es que si esas ayudas no van acompañadas de un plan socioeducativo fuerte (tres comidas gratis en colegios, etc.) los resultados serán más limitados.