Nueva visita de la ministra de Transportes a Asturias. A mediados de abril estuvo en Ribadesella para presentar el proyecto de reparación y ampliación del puente que licita el Gobierno con 7,4 millones de euros. Me extrañó que una obra modesta, que todavía falta tiempo para iniciarla, mereciera la presencia de Raquel Sánchez. En esta ocasión hizo una visita más amplia (Gijón, cuencas mineras), sin que hubiese un asunto destacado que justificase el viaje. En La Felguera anunció que se reactivarán las obras del soterramiento. En Gijón se refirió a los accesos (vial de Jove) a El Musel y afirmó que «en los próximos meses vamos a tener buenas noticias sobre el avance de esas obras».
También habló de las bonificaciones del peaje del Huerna y manifestó que «en pocos días tendremos el detalle, la concreción de cómo vamos a proceder en la ampliación de la bonificación». Desde el mes de agosto se está tratando este asunto. Hasta este año las bonificaciones alcanzaron los seis millones de euros y el Ministerio de Transportes, tras hacer un esfuerzo extraordinario, las ha elevado a nueve millones. Una autopista similar, construida en la misma época, la autopista AP-9, Ferrol-Tuy, tiene 55 millones de bonificación. El Principado pretendía un trato similar para el peaje del Huerna, pero la cosa quedó en un incremento de sólo tres millones. Estamos en mayo y todavía no fue capaz el Ministerio de Transportes de concretar el reparto de una bonificación tan pequeña.
La ministra dijo que la variante de Pajares será el gran logro de la investidura. Como no va a haber obras finalizadas de alguna entidad, es normal que sea lo más destacado del mandato. Si se observa con detalle lo sucedido, desde la ceremonia de la primera dovela (Cascos y Rato) hasta hoy, nos encontramos con que la variante acumuló retrasos en todas las legislaturas. Con Pedro Sánchez de presidente, también. La finalización de la infraestructura es más un alivio que una alegría. Raquel Sánchez recordó que la variante supone recortar el viaje en dos horas y que, con ella, «la alta velocidad será una realidad para Asturias». Un relato amable. También podría afirmar la ministra que el viaje de Madrid a Gijón en tres horas y veinte minutos es el más lento que hacen los convoyes de AVE por España. Con respecto a la previsión inicial es 51 minutos más largo. Sobre la realidad de la alta velocidad, si se aplica un mínimo de rigor, habría que decir que finaliza en Campomanes (Lena). A partir de ahí comienza un viaje convencional.