La Consejería de Educación ha presentado las líneas generales de los currículos de la Educación Secundaria Obligatoria (ESO) y del Bachillerato. Hace unos días hizo lo propio con Infantil y Primaria.
Las novedades metodológicas fijadas por el Ministerio de Educación al permitir agrupar asignaturas en los denominados ‘ámbitos’ se mantienen como en Primaria. En cuanto a la obligación de trabajar por proyectos -en el caso de Primaria se exige un mínimo del 20% del currículo-, queda reducido a realizar una tarea multidisciplinar por curso. El Principado se decide a mantener la Filosofía como asignatura optativa en el cuarto curso de Secundaria, con dos horas lectivas semanales. No se imagina la consejera, Lydia Espina, la alegría que nos da con esa decisión. Ya es hora de que la Consejería de Educación deje de ser un espejo del Ministerio de Educación. Una cosa es estar alienado con el ‘sanchismo’ y otra limitarse a ser eco de los ministros. Hay una contradicción insuperable entre llevar hasta el límite la asunción de competencias autonómicas y gestionarlas según los gustos del Gobierno central. En el caso que nos compete, ganar un margen de autonomía con respecto al Ministerio de Pilar Alegría es fundamental para garantizar una educación que mantenga unos estándares mínimos de rigor.
En las materias comunes se incrementa la carga horaria en Tecnología y Digitalización. Un acierto que no requiere comentario. Sin embargo, no entiendo que se incorpore como asignatura Formación y Orientación Personal y Profesional. Eso no es una materia de estudio ni es una competencia o destreza, como se estila decir ahora. Es preciso orientar al alumno cuando está a punto de pasar al Bachillerato o a la Formación Profesional, claro que sí, pero para eso se dan charlas, se amplía el trabajo de tutoría, etcétera. También debería competerle al orientador (psicólogo o pedagogo) que trabaja en todos los centros. Prestar un servicio no es explicar o desarrollar una asignatura. Otra de las novedades es el llamado Proyecto de Emprendimiento Social. Vaya por delante que todo lo relacionado con el emprendimiento lo introdujeron los socialistas en la agenda política al inicio del siglo. En los últimos años ha perdido fuerza y se rescata ahora como asignatura. Es absurdo dar doctrina de emprendimiento a un chaval (chavala) de catorce o quince años. No va con ellos. Eso vale como curso de formación para desempleados o para alentar el voluntariado. Otro día vamos con el resto.