El PP ha superado las encuestas al alcanzar de largo la mayoría absoluta que le negaban los sondeos. Como casi siempre que un partido logra sobrepasar el umbral de la mayoría de la Cámara, el resto de grupos, sin excepción, integran el bando de los perdedores. El PSOE, con Juan Espadas de candidato, alcanzó un nuevo mínimo electoral, haciendo bueno el peor registro de Susana Díaz. Por Andalucía (Unidas Podemos) se deja más de dos tercios de los escaños y Adelante Andalucía solo obtiene dos. En una Cámara de 109 diputados, la izquierda solo logra 37. Un desastre sin paliativos. No hay un solo dato al que pueda agarrarse la izquierda para alimentar la esperanza.

En la derecha, Vox gana dos escaños. Dejando a un lado al PP, el partido de Santiago Abascal es el único que aumenta su cuota parlamentaria. Ese hecho puede servir de consuelo en la noche electoral, pero no basta para tapar la realidad del fracaso. Apenas ganan porcentaje de voto en cuatro años, mientras el PP, su único competidor, obtiene el mejor resultado alcanzado por cualquier partido en Andalucía desde el año 2004. Vox vistió a Macarena Olona de andaluza, reclamaron para ella la vicepresidencia y, a la hora de la verdad, están estancados. En las elecciones autonómicas de Madrid, hace un año, la gente de Vox argumentaba que Isabel Díaz Ayuso tenía su mismo discurso para justificar el avance limitado de su partido. En Andalucía quedaron derrotados por la derecha más moderada, la de Moreno Bonilla.

Se puede explicar esquemáticamente en qué consistió la victoria del PP: en engullir a Ciudadanos. Los 21 escaños que tuvo Ciudadanos en 2018 se fueron al PP. Llegó el momento de decir que por encima del PP, hubo un tándem ganador, Bonilla-Feijóo, los dos dirigentes que apostaron por lanzar las redes al electorado del centro, olvidándose de Vox. Sale muy reforzada la línea estratégica de la nueva dirección nacional del PP, encabezada por Feijóo.

Para sacar un resultado tan formidable hizo falta que la izquierda también le prestara votos al PP. El PSOE jugó el rol de donante. Los socialistas no solo perdieron votos por la derecha, sino que no sacaron fruto de la debacle de la izquierda radical. Por Andalucía, la plataforma electoral de Yolanda Díaz, Belarra, etcétera, pasó de 17 escaños a 5. Urge un paracaídas para Unidas Podemos para evitar daños irreversibles cuando lleguen al suelo. El doble batacazo de la izquierda causará al Gobierno de Pedro Sánchez unas complicaciones muy difíciles de superar.