Alegría en la Junta General del Principado porque todos los grupos, con la excepción de Vox, aprobaron el dictamen elaborado por la comisión de estudio del reto demográfico. En un ambiente de júbilo surgen ideas originales. Por ejemplo, la diputada Nuria Rodríguez dijo que el cambio climático puede ser un elemento clave para acabar con el declive demográfico. Así que la amenaza del efecto invernadero va a transformarse en una bendición para Asturias. Rodríguez cree que en cinco años puede invertirse la tendencia demográfica al convertirse nuestra región en una tierra agradable para vivir. No sé si las altas temperaturas de estos días inspiraron tales reflexiones, pero la diputada debe de tener un gran predicamento entre la clase política, porque nadie levantó la voz para preguntarle si hablaba en broma o en serio. El aumento de las temperaturas, el descenso de la pluviosidad, la frecuencia de los grandes incendios, el avance de la desertificación, el fin de la Asturias verde, no hará de nuestra región una tierra prometida. Con el progreso del cambio climático en el sur de España estarán peor, pero eso no quiere decir que vengan a vivir a Asturias. Todo el sur de Europa perderá drásticamente población y los países nórdicos, con muy baja proporción de habitantes por kilómetro cuadrado, recibirán a esa gente que huirá del avance del desierto. A corto plazo el sector turístico tendrá beneficios en Asturias; a la larga todos saldremos perdiendo.
Me temo que el dictamen sobre el reto demográfico está condenado a tener el mismo destino que el Plan Demográfico, 2017-2027, aprobado por el Gobierno de Javier Fernández. Un lustro después de su aprobación no se empezó a desarrollar. Nadie volvió a hablar de él. Cuántos planes y leyes se aprueban en Asturias para quedar archivados. Diputados de distintos partidos piden aplicar ya el dictamen sobre el reto demográfico que acaban de aprobar. Lo dicen con la mente puesta en las deducciones fiscales. Cómo se puede tener un pensamiento tan simple. Desde cuándo un problema complejo se resuelve con aguinaldo. Así que aprueban ciertos beneficios fiscales (vivienda, transporte) para las zonas rurales y llega gente a empadronarse a las alas de la región. Qué fácil. Tenemos la mejor red de España de hospitales comarcales y de escuelas rurales. Sin embargo, los viejos murieron y los jóvenes se marcharon. La demografía no la endereza el consenso de los políticos. Asturias tiene exceso de diagnósticos y déficit de decisiones.