Si será candidata? Pues no lo sé, la bola de cristal de pitonisa no la tengo». La pregunta y la respuesta son de Pablo González, presidente del PP de Gijón, portavoz adjunto del grupo parlamentario del PP en la Junta General del Principado y miembro de la Comisión Ejecutiva del partido presidida por Núñez Feijóo. El destacado dirigente no tiene bola de cristal para saber si Teresa Mallada, presidenta de la organización asturiana, va a encabezar la candidatura autonómica. Si la pregunta se la hubiera hecho hace una semana, no vacilaría en dar por seguro que la candidata sería Mallada. Después de las declaraciones de Miguel Tellado a este periódico todo ha cambiado en el PP: las prioridades (buscar líder), la estrategia (reunificación del centro-derecha) y supongo que el programa, aunque esto último es muy pronto para saberlo. Ahora ya se sabe lo que pretende Núñez Feijóo para Asturias.

Pablo González repite lo que dijo en la víspera Álvarez-Pire, responsable de comunicación del PP. «En el PP no hay tensión», «mi presidenta y mi secretario general tienen todo el respaldo de los compañeros». Y un largo etcétera. ¿Cómo no va a haber tensión si las manifestaciones de Tellado constituyen un feo para Mallada y regalan los oídos de Álvarez-Cascos? ¿Cómo se puede hablar de respaldos unánimes a Mallada y Queipo, cuando maniobran en sentidos opuestos? No hay un mínimo sustrato que soporte el discurso de la normalidad cuando las certezas han saltado por los aires.

Al margen de unas declaraciones tan forzadas, hay que reconocer a Pablo González, que a diferencia de otros miembros de la dirección regional del PP, vio en Gijón la necesidad de confluir en una candidatura electoral formada por miembros de distintos partidos que integran el centro-derecha. Pretendía discutir sobre una lista con gente de Ciudadanos y Foro. Nunca es fácil ese tipo de diálogos porque hay poca cultura de pacto en la política asturiana y los aparatos de los partidos, que mandan en todo, son extremadamente sectarios. No obstante, pese a las resistencias, el debate está en la calle. Sin embargo, a escala regional, el PP no mostró otra cosa que recelo ante las formaciones que le disputan los sufragios del centro-derecha. Si en periodismo hay el dicho, «no cojas el teléfono que puede ser una noticia», en política se practica, «no inicies el diálogo que puedes llegar a un acuerdo». La cerrilidad, la inercia y el miedo pueden lastrar a la derecha en Gijón y en Asturias, cuando los electores más la necesitan.