Con el inicio del mes empieza la batalla política más interesante de los últimos meses, las primarias gijonesas, para las que ya se recogen firmas. Las posiciones de la alcaldesa, Ana González, y las de sus críticos están claras y son inamovibles. Las diferencias vienen de muy atrás, pero a partir de abril, cuando se renovó la Secretaría General del partido, se concretó el enfrentamiento que ahora se va a resolver. En las últimas semanas hubo un cambio, protagonizado por la FSA, al pasar de ver con buenos ojos el procedimiento de las primarias a convertirlas en un ‘barullu’ cerrando filas con Ana González. A la dirección socialista no le seduce que vuelva la ‘tribu’ a hacerse con el Ayuntamiento de Gijón. Lo cierto es que los mayores avances de la ciudad coincidieron con una etapa de hegemonía de esa sensibilidad política en el socialismo y en el Consistorio.

¿Qué tienen de especial las primarias a la Alcaldía de Gijón? ¿Por qué suscitan tanto interés? A diferencia del resto de primarias que se celebran en otros ayuntamientos, o en otros partidos, el pulso entre Ana González y los críticos atrae la atención de toda la ciudad. En caso de que llegue a celebrarse la votación tendrá carácter plebiscitario en torno a la alcaldesa. Un plebiscito en el reducido entorno de los afiliados de un partido, pero anticipo de lo que pasará en las elecciones municipales. Llegados a este punto a Ana González le conviene que haya primarias, porque la victoria le supondría un espaldarazo de cara a los comicios de mayo. Siempre que se supera una moción de censura -y las primarias de Gijón tienen esa inequívoca intención- la figura cuestionada sale reforzada. Superar el trance porque le faltasen unas docenas de firmas a los críticos sólo serviría para ir a los comicios con el partido más dividido y el efecto rechazo aumentado en la sociedad. Dicho de una manera más simple: a Ana González le interesa dar la cara y tomar la iniciativa, ya.

Dos apuntes. La candidata o candidato a la Alcaldía de Gijón tiene una gran importancia para la FSA, porque forma tique con Barbón ante el electorado. Es muy difícil ganar las elecciones autonómicas sin el apoyo de la principal ciudad. Y dos: por primera vez en mucho tiempo, el debate de las primarias tiene sustancia política, ya que más allá de filias y fobias, lo que late en el fondo es el cuestionamiento del modelo de ciudad. Paradójico: un debate en clave de personas, pero estimulado por la diferencia de ideas. Ojalá salga ganando Gijón del envite.