La invención política guarda puntos de contacto con la creación literaria. Más gente de la que parece funda partidos y escribe novelas. La mayor parte de los proyectos (políticos y literarios) fracasa, porque no captan votos ni atraen lectores. Las intenciones son buenas, pero la realidad, al igual que en otros órdenes de la vida, difiere de los deseos. En los primeros ocho meses del año se registraron 196 partidos políticos. Casi todos los días se funda uno. Los hay de todo tipo y condición. Es una actividad que se acelera al acercarse las convocatorias electorales. La última de las iniciativas registradas se llama, Suma Principado, un nombre poco original, tras haber dado a conocer la vicepresidenta, Yolanda Díaz, su apuesta por Sumar. Como un creativo registre la marca Multiplicar gana las elecciones de 2023 por mayoría absoluta.
Suma Principado tiene como representante legal a Pérez-Cubilla, empresario de Colunga que dejó el PP y se fue con Foro cuando Cascos retornó a la política (año 2011). Como candidato municipal de Foro fue concejal. Suma Principado todavía no tiene un programa, pero sí unos principios: reivindica el valor de la palabra dada, el cumplimiento de los programas electorales y el sometimiento de todo tipo de pactos al escrutinio de los electores. Abandonó Foro «porque no quería dar un marchamo de legalidad a una cosa que no lo era y contrariaba nuestros estatutos». Hizo el logo del partido con la ‘P’ de Principado y el signo de la suma, en amarillo, sobre un fondo azul. Como el presidente Zelenski no está versado en banderas autonómicas, igual hace un viaje urgente a Asturias para abrazar a Moriyón y a Pérez-Cubilla por apoyar a Ucrania. En cuanto a fidelidades personales, dice que «no es casquista, pero aprecia mucho a Cascos». Diferencias de matiz.
A falta de más datos, la iniciativa parece ideada para desempeñar en las urnas el papel que juegan en las guerras las minas anticarro. Expresado en términos menos bélicos, el objetivo es restar votos a Foro. No se trata tanto de sacar diputados y concejales, como de que no los saquen los ‘foristas’. Un objetivo nada extraño, porque los electores votamos la mayoría de las veces pensando en castigar a un partido cogiendo la papeleta de otro. Por debajo de todo esto hay un asunto político. La ruptura de Foro con Cascos se basó en conductas tipificadas en el Código Penal. La Justicia dirá. Quedó pendiente el debate sobre el giro político desde las tesis iniciales hacia el nacionalismo.