Adrián Barbón ha intervenido en la polémica entre empresarios de los corredores del Mediterráneo y el Atlántico. El presidente del Principado ha anunciado una ofensiva política coordinada con las comunidades del noroeste (Galicia y Castilla y León) para «defender lo que creemos es de justicia». En el mes de los difuntos, Barbón lanzó una advertencia con aire de amenaza: «Si nos buscan nos van a encontrar, ¿eh?». Añadió una reflexión que es de obligado cumplimiento en un modelo territorial descentralizado, donde las regiones gozan de una gran capacidad de autogobierno: «España no la pueden construir los unos contra los otros». Si los tres presidentes de gobierno de las comunidades del noroeste asumen el papel que les corresponde en la defensa del Corredor Atlántico, deberán coordinarse con los empresarios. Esa relación se da en todos los países avanzados, donde el poder político no tiene prejuicios hacia el sector privado. Decir que los empresarios solo buscan beneficio económico es lo mismo que decir que a los políticos solo les interesa ganar elecciones. Lo cierto es que si cada uno desempeña su función, el tándem, gobierno-empresa, es la herramienta más eficaz para alcanzar el progreso.
La patronal asturiana, Fade, hizo la víspera una declaración muy completa, en la que rebate la supuesta carencia de interés del Corredor Atlántico y defiende el papel de las infraestructuras en la vertebración del país. Recordó a los prohombres del Corredor del Mediterráneo que Asturias es la comunidad autónoma que mueve más toneladas en corredores de corto recorrido y la principal provincia de origen de mercancías ferroviarias. Estoy convencido de que los líderes del Corredor Mediterráneo desconocen la cantidad de productos siderúrgicos que se transportan en trenes y camiones por nuestra región. Negar la posibilidad de que haya autopistas ferroviarias por el noroeste es un objetivo, una meta, un enunciado que carece de argumento. Sobre la vertebración, aducen que «difícilmente se va a vertebrar España si para continuar avanzando en el desarrollo de una zona del país, se exige el abandono del resto». Como se puede ver, la patronal y el presidente del Principado comparten argumentario. Es una satisfacción que así sea.
Para la Fade, el Corredor Atlántico no es un proyecto de región, sino de país. Por eso señala que España no puede renunciar a una cuarte parte de su territorio y al 10% de su población. Demasiado tamaño para que nos quieran hacer invisibles.EL