El Gobierno de Adrián Barbón ya tiene mayoría parlamentaria para aprobar los presupuestos. Necesita tres escaños para sumar a los veinte del grupo socialista, dos los aporta IU y el que falta procede del Grupo Mixto, habitado en exclusiva por Fernández Bartolomé, ex de Ciudadanos. IU ha realizado un planteamiento realista, consciente de la correlación de fuerzas en la Cámara, donde al PSOE le sobran apoyos. Valora que no haya bajada de impuestos o la creación de fondos para necesidades que no se cubren, como la limpieza de todas las playas de la región o la prevención de incendios forestales; ésta última es una amenaza cada vez más grande por la cantidad de maleza que hay en los bosques, que actúa de combustible en los incendios. PSOE e IU juntos constituyen el bloque de izquierdas y en los presupuestos actúan como tal.
El voto del Grupo Mixto no requiere de argumentos políticos, se trata de sumar a un señor que tiene inquietudes educativas y sanitarias que son muy fáciles de atender, porque apenas afectan a la aritmética de las cuentas. Tras la última reunión, Bartolomé dijo: «Hay una alta probabilidad de acuerdo». Aunque este diputado no lleve estrategia incorporada, cuando se habla así no hay vuelta atrás, ya que toda la culpa recaería sobre sus hombros en caso de desdecirse. Formaría parte del rico anecdotario de la Junta General del Principado: mudar de grupo parlamentario para dejar a la región sin presupuesto.
Quedan unos días para acabar el diálogo y todavía hay dos grupos parlamentarios en fase de negociación (Foro y Ciudadanos) y otro que se va a sentar a la mesa, Podemos. Es evidente que Adrián Barbón prefiere incorporar a más siglas para poder hablar de consenso parlamentario, aislando a lo más granado de la derecha, PP y Vox (candidatos a ser el segundo y tercer partido con más votos en los comicios autonómicos), pero también es cierto que los tres grupos que siguen negociando carecen de capacidad de presión: con su voto habrá presupuesto y sin él también lo habrá. Son tres partidos que, además, se encuentran en un acusado estado de debilidad. Ciudadanos es un partido que desaparece de los territorios donde compite. El último ejemplo fue Andalucía, donde pasó de 21 escaños a cero. Y eso que era partido de gobierno, con vicepresidente incluido. Foro tiene un pie fuera de la Junta. En cuanto a Podemos, la casa amenaza ruina, con el aparato atacando a la candidata elegida por la militancia. Una vez finalizado el acuerdo con los socios, llega el turno para los zombis.