Gran acto del PP en el Auditorio Príncipe Felipe de Oviedo, con intervenciones de tres pesos pesados, Feijóo, Canga y Canteli. El alcalde exploró el horizonte electoral con la mente puesta en la mayoría absoluta, aunque haya encuestas que no llegan a tanto; el presidente del PP y líder de la oposición española tomó la palabra en el momento más crítico de los últimos años para las instituciones del Estado; Canga despertó la mayor expectación al debutar como candidato a la Presidencia del Principado. Mil doscientos asturianos acudieron a escucharlos.
Dos primeras aproximaciones a la intervención de Canga. Su discurso fue muy distinto al de sus antecesores en el cargo. Cada político tiene su estilo, pero tras más de una década escuchando la misma pieza oratoria, con pequeñas variaciones, se agradece oír otro tipo de exposición. El candidato tuvo cuidado en aludir a todas las referencias ideológicas del pensamiento conservador, desde la Monarquía hasta la Iglesia, pasando por la familia (sus padres), el Ejército y la Policía.
Por si hubiera alguna duda terminó el discurso con tres vivas a la nación, a la región y al Rey, tras pedir al público que se pusiera en pie. Otro rasgo diferencial estuvo en el recorrido por sus gestiones en Bruselas en favor de la región (minería, siderurgia, naval), con referencia a expedientes concretos como el de Tenneco. En el mitin atacó la gestión de Adrián Barbón por no haber visitado Bruselas en defensa de intereses asturianos, por su pasividad en el cargo, por no haber trabajado nunca fuera de la política, etcétera. Pidió el cambio, como hacen todos los candidatos de la oposición, y advirtió que «este PSOE no es el de Javier Fernández», antes de concluir con una frase rotunda: «El PSOE está seco y se acaba el cortijo en Asturias».
Feijóo dedicó una parte de su discurso a respaldar la figura de Canga y tuvo la reflexión esperada sobre la crisis institucional que hay en España. El líder de la oposición señaló que su papel como gobernante será defender a una gran nación con 500 años de historia; adoptó el rol del sentido común: «No hay democracia fuera de la ley»; explicó que la lógica del presidente Sánchez pasa por incrementar las tensiones para que crezcan los que están en los dos polos de la política. Advirtió de que, si un ministro suyo llama a los jueces «fachas con toga», lo cesa inmediatamente. Es probable que un 90% de españoles estén de acuerdo con esas afirmaciones. Vivimos un periodo distinto a cualquier otro de la etapa democrática.