El PP planea tener confeccionadas las candidaturas autonómicas a las tres circunscripciones electorales a mediados del mes de marzo. Sobre esa fecha ultimarán las listas la mayor parte de los partidos. Una vez solventada la delicada cuestión de los nombres que irán en cada circunscripción, se dedicarán al diseño de la campaña electoral. No dijeron cuándo elaborarán el programa, un aspecto al que no siempre han prestado suficiente atención. No puede reducirse a una suma de enunciados, sino que tiene que haber una acertada mezcla de argumentos y objetivos. Una elaboración colectiva del programa une más a los cuadros del partido que veinte reuniones tediosas donde se tratan temas fútiles. El programa recoge los compromisos con el electorado y, también, comporta la toma de postura sobre muchos temas, desde la energía hasta la movilidad, de la reforma de la Administración autonómica a las prestaciones sociales. No tratar este asunto con el suficiente rigor supone dejar la oferta electoral reducida a un conjunto de eslóganes.
La decisión sobre las candidaturas y sobre la estrategia que desarrollará el grupo parlamentario corresponde al candidato a la Presidencia del Principado. Diego Canga ya tomó una decisión importante sobre la segunda cuestión al cesar a Teresa Mallada como portavoz. Era realmente extraño que la dirección nacional hubiese forzado el cese de Mallada como presidenta del partido y que siguiese de portavoz hasta las elecciones. Nos vendieron el cuento prenavideño de que la presidenta seguiría de portavoz por un compromiso alcanzado con Feijóo. Lo cierto es que Canga tuvo las manos libres para relevarla por Beatriz Polledo.
Más delicada es, sin duda, la cuestión de las listas. Hay muchos más aspirantes que escaños conceden las encuestas. Los candidatos deben reunir dos condiciones: resultar atractivos al cuerpo electoral y capacidad política para desarrollar la labor parlamentaria. No es fácil cumplir las dos condiciones. Recientemente, Canga declaró que en la dirección regional del PP «hay mucho talento». Como ya tuvo reuniones de trabajo con ellos, tendrá razones para afirmarlo. Lo que hemos visto desde el inicio de la legislatura es que la labor parlamentaria del PP es manifiestamente mejorable. En los grandes debates de los plenos, Adrián Barbón e Ignacio Blanco llevaron un cuerpo de ventaja al resto. El nivel se elevaría con la inclusión de independientes, pero no es sencillo desplazar a gente con carné que vive del escaño.