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Juan Neira

LARGO DE CAFE

EL EXTREMO DELA IZQUIERDA

El espacio político a la izquierda del PSOE, que durante décadas se denominó como extrema izquierda, es más amplio en Asturias que en el resto de comunidades autónomas. Desde el inicio de la democracia fue ocupado por el Partido Comunista, transformándose en IU a partir de 1986.

Con la irrupción de los nuevos partidos (Podemos, Ciudadanos, Vox) aumentó la representación de la izquierda radical. En las elecciones autonómicas de 2015, lograron tantos diputados como el PSOE. Podemos, con 9 escaños, e IU, con 5, igualaron los 14 de la lista encabezada por Javier Fernández. Un hecho insólito en una tierra donde el socialismo tiene una posición hegemónica que abarca cuatro décadas.

Podemos logró entonces en Asturias el mayor porcentaje de votos de todas las comunidades autónomas. Representaba a un electorado distinto, no obrerista, con capacidad para llegar a estratos sociales alejados de los nichos clásicos de la izquierda. IU aportaba la tradición: la alianza con los sindicatos de clase.

Hace ocho años la izquierda tenía 28 diputados en la Junta General del Principado, con una legislatura por delante para afianzar su poder. No hubo entendimiento. Podemos aspiraba a superar al PSOE (‘sorpasso’), algo que IU nunca intentó salvo en la etapa de Julio Anguita. Por su parte el PSOE venía de una legislatura cómoda, donde tuvo socios parlamentarios (IU, UPyD) y sintonía con el PP, porque había un enemigo común, el Foro de Cascos. El Gobierno de Javier Fernández no supo adaptarse a un escenario distinto, que exigía mayores dotes de negociación.

La caída

El grupo parlamentario de Podemos pagó su amateurismo, con dimisiones, y un acuerdo final presupuestario con el Gobierno socialista, a cinco meses de los comicios autonómicos, que vino a ser como una enmienda a la totalidad de la estrategia que habían aplicado durante el mandato.

Llegamos al presente. El reparto de escaños en la actual legislatura tuvo como principal novedad el desfondamiento de la izquierda radical al pasar de 14 escaños a 6. La pérdida de ocho escaños favoreció al PSOE que ganó 6. Los cuatro partidos de la derecha lograron, en conjunto, dos escaños más, aunque el PP de Mallada perdió uno.

La legislatura del desacuerdo provocó la caída de la izquierda radical y el reforzamiento del PSOE, que recuperó, en la práctica, su cuota parlamentaria tradicional que había perdido bajo el liderazgo de Fernández.

¿Sacaron Podemos e IU las enseñanzas pertinentes de este proceso? No parece que así haya sido en el caso de Podemos. El partido morado sigue siendo víctima de una dialéctica interna suicida que reproduce en nuestra región las luchas de Madrid entre el aparato y los discrepantes.

Los métodos implacables de Pablo Iglesias para resolver las diferencias internas continúan siendo la forma con que resuelve el aparato las controversias con los tibios. La organización de Podemos en Asturias siempre había jugado un papel discreto ante las querellas internas, aunque Emilio León o Daniel Ripa estaban más cerca de Íñigo Errejón que de Pablo Iglesias.

Expulsar

La célula de Galapagar quiere imponer una nueva jerarquía en Asturias y sus seguidores no dudan en aplicar lo que han aprendido: para ganar en una competición lo más práctico es expulsar a los rivales. A día de hoy, ningún partido utiliza en España métodos tan retrógrados para saldar las diferencias internas.

En las primarias ha vencido una candidatura liderada por Covadonga Tomé; la elegida para presidir el Principado es atacada por la dirección. Para un partido que tiene una imagen tan dañada como Podemos, es difícil encontrar una figura de renovación tan acertada como Covadonga Tomé. Tuve ocasión de entrevistarla y pude apreciar la seguridad que tiene en sí misma, la capacidad de razonar sin acogerse al argumentario oficial y las ganas de sacar a Podemos del marasmo.

Avanzan hacia el abismo sin sentir vértigo. Quizás hayan llegado a un punto de enconamiento en que el aparato considere aceptable perder un ojo con tal de que los rivales queden ciegos. Si no cambian de rumbo es imposible que el electorado no les pase factura. No les saldrán las cuentas: perderán escaños y pagas.

Diferencias

La primera consecuencia de esa deriva es el alejamiento de IU, que no va a formar candidatura con Podemos. En Asturias hay dos rasgos diferenciales entre IU y Podemos: la experiencia y el control del territorio. IU tiene un amplio expediente en crisis internas. Aprendió de los errores. El mejor ejemplo está en la habilidad con que sorteó la ofensiva de Garzón hace unos años. No hay que humillar o expulsar a nadie, siempre se deben buscar modos de convivencia.

La otra diferencia se puede expresar en números: nueve alcaldes de IU frente a ninguno de Podemos. El control del territorio, el conocimiento de lo quiere la gente, se hace, sobre todo, desde los ayuntamientos. A la Junta General del Principado apenas acuden ciudadanos, en los consistorios las entradas son constantes. Esa es la gran ventaja del PSOE sobre el PP y de IU sobre Podemos.

IU tiene una hoja de ruta que inició con las convocatorias realizadas en el centro y las alas de la región y tiene como objetivo final participar en un gobierno de coalición con el PSOE. En un marco más amplio están alineados con el proyecto de Yolanda Díaz. Desde una perspectiva política han tomado la iniciativa, mientras bases y votantes de Podemos están sumidos en la perplejidad.

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por JUAN NEIRA

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