Reunión de la Alianza de las Infraestructuras (una veintena de organizaciones sociales, empresariales y políticas). Si llevo bien la cuenta, es la novena en los seis años de existencia. Al crearse la alianza quedó fijado como objetivo «identificar aquellas infraestructuras del Estado que están sin ejecutar y sobre las que existe alto grado de consenso sobre su necesidad estratégica para Asturias». Se identificaron 26 y a los seis años sólo se habían ejecutado siete (27% de objetivos cumplidos). Esta forma de contabilizar tiene truco, porque el Gobierno central puede construir una carretera o reformar una vía férrea por su propia iniciativa, sin haber leído un papel de la alianza. No se puede considerar un logro de los aliados la terminación de la variante de Pajares (el cercano o lejano día que suceda) porque el Estado siguió con sus ritmos, paradas y arranques, sin verse afectado por lo que dijera ese numeroso colectivo de siglas. Son muy libres de ponerse medallas en la pechera, pero el protagonismo de esa amplia entente en la construcción de las infraestructuras asturianas es, como mínimo, difícilmente verificable. Ni los gobiernos centrales se sintieron concernidos por sus demandas ni la sociedad asturiana tomó la alianza como referente.
La reunión de ayer venía precedida del seísmo de los trenes equivocados para los túneles de siempre. Hace días que el Principado dio una respuesta, así que le tocaba ahora a la alianza alzar la voz. Los aliados optaron por un estilo oficinesco, de prosa administrativa, donde se dice de la variante de Pajares que hay que «despejar de manera urgente las dudas sobre la fecha exacta de la puesta en marcha». Vamos a ver, señores aliados, ¿no se enteraron de que entre marzo y abril el Ministerio de Transportes se comprometió a comunicar esa fecha? Menos redundancia y más valoraciones críticas sobre el sorprendente aplazamiento de la entrada en funcionamiento de la variante. Llegado el asunto candente de los trenes fallidos para los servicios de cercanías, el comunicado final lo despacha así: «Abordar la renovación total del envejecido y deteriorado material rodante de Renfe, operadora que presta servicio en las líneas de cercanías de ancho métrico». Los aliados son los únicos asturianos que no se enteraron del escándalo. Cómo se puede luchar por las infraestructuras regionales y mirar para otro lado. Eso sí, el comunicado recoge todas las tesis del Principado y la oposición, allí representada, haciendo de palmeros.