Adrián Barbón ha anunciado que se va a prolongar la tarifa plana (30 euros al mes) para el transporte público por carretera más allá de 2023. La manifestación llega justo después del convenio firmado por la ministra de Transportes, Raquel Sánchez, con los presidentes de Asturias y Cantabria, donde se recoge que los viajes en trenes de cercanías serán gratuitos hasta 2026. Primero se firma con el sector público y, luego, se extiende el beneficio al sector privado, con el objeto de que las subvenciones no supongan una ventaja comparativa para nadie. El asunto de viajar gratis fue una ocurrencia de Pedro Sánchez, hace unos meses, cuando las encuestas empezaron a poner por delante a Feijóo. Hay una cantidad ingente de gasto público aprobado con la única intención de dar la vuelta a los sondeos electorales. Por si quedaba algún despistado, Adrián Barbón advirtió de que la gratuidad del billete es «con este Gobierno, con otro no sería así», añadiendo a la declaración una dimensión humorística que ayuda a distender. También se aprobaron impuestos con ese objetivo -tributo a la banca y a las compañías energéticas, así como el impuesto a las grandes fortunas-, en espera de que un sector no despreciable de la población se identifique con el Gobierno que hostiga a los ricos. Hay que explotar la emocionalidad de la lucha de clases.

En materia ferroviaria el déficit de Asturias es enorme. Necesitamos otros trazados, otras vías, estaciones, renovar todo el material rodante, suprimir apeaderos y un largo etcétera. En realidad, necesitamos mejoras en todo, menos en el billete. Sin embargo, los cambios empiezan por ese extremo. El día no tan lejano en que haya que volver a pagar lo que vale el viaje, un montón de gente se retraerá de usar el medio de transporte bonificado porque el Gobierno les ha acostumbrado a depreciarlo. Unas de las razones por las que no se deflacta el IRPF en Asturias es para pagar el viaje a los turistas de cercanías.

Sobre la parte importante del acuerdo, la renovación de la flota de trenes, el presidente del Principado aseguró que si los herrumbrosos trenes colapsan antes de llegar los nuevos, el Gobierno «tendrá que buscarse la vida y solucionar el tema». No hay mucho margen para la duda, la solución consistirá en una reducción drástica de las frecuencias. La combinación de viaje gratis y servicios amortizados podría ser explosiva. No podemos perdernos con cuestiones menores, aquí lo importante es la ejecución del Plan de Cercanías y la compra de trenes.