Pedro Sánchez realizó un anuncio inesperado, al adelantar las elecciones generales para el domingo 23 de julio. Durante el puente que precede al día de Santiago -festividad en Galicia, Madrid, País Vasco y Navarra- se llama a votar a 36 millones de personas. Con medio país de vacaciones, habrá que recurrir de forma masiva a la práctica del voto por correo, de la que ya tuvimos un ensayo general en las últimas semanas. Una buena fecha para parar a la derecha y a la ultraderecha, como dice el presidente.
Desde una perspectiva política, Pedro Sánchez asume que la victoria holgada del PP en los comicios autonómicos y municipales supone una moción de censura a su Gobierno y pone fin a la legislatura. Aunque hay quien piensa que va de cabeza al matadero, de momento ha evitado que durante semanas giren los comentarios sobre la derrota, como paso previo a la imparable crisis del Gobierno PSOE-Podemos. Puede que la maniobra sólo anticipe el fin de su etapa como gobernante, pero en política llevar la iniciativa, cambiar la agenda a los rivales, es una baza.
Asturias llega a las elecciones generales tras el gran test de las autonómicas y municipales. Adrián Barbón ganó los comicios gracias a la escasa erosión sufrida en el mandato. Tras una legislatura convulsa ha perdido un escaño. Sólo García-Page, en Castilla-La Mancha, obtuvo un mejor resultado entre los presidentes socialistas. En 2019, Barbón alcanzó 20 escaños a lomos del ‘sanchismo’, mientras que ahora logró 19 por su popularidad (una gran ventaja sobre el resto de candidatos) y la forma de relacionarse con la sociedad.
IU tenía la mitad de diputados que Podemos en el último mandato, y tras el domingo triplica en escaños a los podemitas. En las elecciones municipales IU ganó otra vez en nueve ayuntamientos, entre ellos, Mieres y Langreo. La trayectoria de Aníbal Vázquez (Mieres) es de récord: cuatro mandatos y tres mayorías absolutas. Un político que gana en dos tiempos, primero por su humanidad y, luego, por su gestión. IU logró 121 concejales, mientras que Podemos obtuvo 5. No hay duda de cuál es la segunda fuerza de la izquierda en la región.
Ciudadanos se quedó en cero y Foro logró un diputado, que le permitió respirar aliviado, aunque sigue su tendencia descendente, desde los 16 diputados de 2011 hasta este celebrado escaño del grupo mixto.
La gobernabilidad tendrá dos rutas en manos de Adrián Barbón. Las dos pasan por el acuerdo con IU. A partir de ahí deberá buscar el apoyo de Podemos o de Foro. O de los dos. ¿Cabe la entente con el PP de Canga? No es fácil, pero con un político de Bruselas, quién sabe.
Tras las elecciones del domingo se perfila más el modelo del bipartidismo. En Asturias, los años del bipartidismo incluían a IU en el juego de fuerzas, por eso hablábamos en aquella época del triángulo asturiano, una fórmula que garantizó la gobernabilidad de la región. Ahora hay más partidos, no será tan fácil.
Es tiempo, también, de observar fenómenos locales. La extraordinaria resistencia del socialismo de Avilés, que apenas acusa desgaste en cuatro décadas de gobierno. O el pragmatismo del alcalde de Siero, Ángel García, ‘Cepi’, un tipo de ideas tan claras que, aunque es del PSOE, dice que «está muy cómodo a la derecha de la izquierda». Festejó la mayoría absoluta agitando una botella de cava, como Fernando Alonso.