Presentarse a cualquier clase de comicios (nacionales, autonómicos, municipales) es lo propio de los partidos que operan en todo el territorio donde se colocan las urnas. Abstenerse de participar es demostrativo de debilidad o desconcierto. No se entendería que formaciones políticas, como PSOE, PP, Vox, IU o Podemos no estuvieran presentes en las citas electorales. En el caso de Foro, como el de tantos partidos regionalistas o provinciales, hay que contemplar una excepción: los comicios europeos. En ellos, España aparece como colegio electoral único, donde se juntan y recuentan todos los votos desperdigados por las 59.538 mesas desplegadas por el territorio nacional. Foro, o el Partido Regionalista de Cantabria no tienen la posibilidad de llegar a los electores andaluces, baleares o murcianos, salvo que creamos que colocar cuatro vallas publicitarias es suficiente reclamo. Se integran en amplias alianzas con otros partidos regionalistas y nacionalistas o desisten de formalizar candidaturas.
El primer error de bulto de Cascos, cuando lideraba Foro, fue presentarse a las elecciones generales de noviembre de 2011 en la circunscripción de Madrid. Obtuvo en torno a 6.000 votos que es tanto como sacar 1.000 en Asturias. En el caso de que Rajoy tuviera dudas, en aquel momento se le disiparon. Años más tarde, con Foro ubicado en la oposición, logró Cascos formar una coalición electoral con el PP para las elecciones generales. El segundo candidato al Congreso de los Diputados era de Foro. Siempre me pareció que era un chollo para Foro tener un diputado en la Cámara Baja con los votos del PP. Oblanca aprovechó muy bien el escaño y supo introducir cuestiones candentes para Asturias en los presupuestos del Estado.
Con esos antecedentes, la comisión directiva de Foro acaba de decidir no presentarse a las elecciones generales del 23 de julio, tras descartar cualquier intento de coalición. Es difícil lograr un acta de diputado, de acuerdo, pero también era difícil sacar una concejalía en ayuntamientos donde se presentó y salió con las manos vacías. Para un partido regionalista o nacionalista, la presencia institucional en Madrid es clave. Tanto criticar a los diputados asturianos de otros grupos por no defender los intereses de la región y resulta que ellos renuncian por anticipado a hacerlo. A cambio se sacan el conejo de la chistera de crear un observatorio para analizar la actuación de los diputados asturianos en Madrid. A eso le llaman defender Asturias.