La entrada de Vox en el gobierno municipal de Gijón, presidido por Carmen Moriyón, ha suscitado un debate amplio que supera los límites del municipio. El presidente del Principado calificó de «extrema gravedad» el pacto de Foro con Vox, mientras que los partidos a la izquierda del PSOE -IU y Podemos- le piden al presidente que clarifique con qué grupos quiere contar para formar gobierno. Dentro de Foro, algunos dirigentes, o candidatos electorales, han anunciado que se dan de baja en el partido al rechazar los pactos con la extrema derecha. ¿Cómo juzgar todo esto?
Las alianzas con Vox suscitan debates en toda España. El principal conflicto que tiene Feijóo ante las elecciones generales son los acuerdos de su partido con Vox en las comunidades autónomas y ayuntamientos. La entente en la Comunidad Valenciana ha provocado tensiones con la cúpula del partido. Hay dos afirmaciones que se pueden hacer sobre esta cuestión: cuanto más peso tiene Vox en las instituciones, menos dudas suscitan los pactos; en los territorios donde su apoyo sea decisivo para gobernar, la alianza es la opción preferida. En caso contrario, el PP quedaría en desventaja con el PSOE, ya que Pedro Sánchez tiene de socios estratégicos a partidos (ERC, Bildu) que hacen política para derribar la Constitución y trocear la nación. Las críticas hacia el acuerdo con Vox se solucionan dando la cara. El silencio está asociado a la culpa.
Cada partido tiene sus propias coordenadas. Las de Foro no son las del PP. No parten de una doctrina política explicitada y debatida en los congresos; siguieron un curso sinuoso en doce años de existencia. La mayor parte de los afiliados tienen una cultura política semejante a la del PP, pero hay una minoría que proceden del campo del asturianismo. Algunos tuvieron un pasado militante en pequeños grupos nacionalistas. Cuando hubo que enfrentarse a Cascos, los de ese sector dieron la cara, mientras la dirección mantenía una actitud más prudente. Por el servicio prestado ganaron galones. A partir de ahí, Foro giró hacia el asturianismo, con la cooficialidad del bable y el eonaviego por bandera. Perdieron la batalla, pero el electorado del centro-derecha tomó nota: sólo 19.000 votos en las urnas autonómicas. De ese sector proceden las bajas por la alianza con Vox. Es una opción personal respetable y políticamente defendible, pero para Foro no deja de ser un alivio, porque sin ese lastre, a lo mejor, Moriyón sólo necesitaría pactar con el PP para gobernar.