Miguel Tellado, responsable de Organización en el PP y número cuatro en el escalafón jerárquico del partido, se reunió con la Junta Directiva Regional para insuflarle ánimos e insistir en las ideas base que deben desarrollar en la campaña electoral. Tomó prestado el cálculo hecho por Diego Canga y repitió que el PP quedó a 780 votos de que en la Junta General del Principado hubiera mayoría absoluta del centro derecha. Es cierto, pero para tener una visión más ajustada del resultado concreto del PP, habría que decir que quedó en segundo lugar a 20.000 votos del PSOE. El dirigente popular criticó el frentismo que practica Pedro Sánchez. El frentismo se convirtió en arma arrojadiza a partir del 2 de diciembre de 2018, día en que se celebraron elecciones autonómicas en Andalucía, y las formaciones de derechas acabaron con cuatro décadas de hegemonía socialista. Por cierto, en aquella ocasión tanto PP como PSOE sacaron los peores resultados de la etapa autonómica, pero Ciudadanos y Vox hicieron crecer al centro derecha en 24 escaños. Sánchez tomó nota y empezó a criticar al bloque de la derecha, cuando él, seis meses antes, ya había liderado el bloque ‘destituyente’, que puso fin al Gobierno de Mariano Rajoy sumando todo tipo de siglas, la mayoría contrarias a la Constitución.
Tellado hizo referencia a la frase más feliz de Feijóo desde que encabeza la oposición al presidente del Gobierno: «Derogar el sanchismo». A su entender, algunos ministros no saben qué quiere decir tan expresiva frase y él se la explicó con varios ejemplos: «Desterrar la mentira», «respetar la independencia de las instituciones», «negarse a pactar con los herederos del terrorismo». Con todos los respetos para tan alto representante del partido que lidera las encuestas, la frase de Feijóo no admite esas interpretaciones. Derogar no es una palabra polisémica. Tiene un solo significado: anular una ley o modificarla. Y así la utilizó Feijóo. Derogar el sanchismo es dejar en papel mojado la nueva definición del delito de malversación, es cambiar la Ley del ‘sólo sí es sí’ o modificar la Ley de Vivienda, etc. Los dos aspectos más preocupantes de la política de Pedro Sánchez son los aliados que tiene en el Parlamento y algunas normas que aprobó y afectan al corazón del sistema, como dejar al Estado desarmado ante intentos de rebelión, al suprimir el delito de sedición. Si el PP gobierna y no deroga unas cuantas normas el desencanto será inmediato. Todo lo demás es susceptible de discusión.