Declaraciones en la Feria de Muestras de Guillermo Peláez, consejero de Hacienda y Fondos Europeos. El perfil profesional de Guillermo Peláez es distinto al de anteriores titulares de la Consejería. Si uno repasa la alineación del nuevo Gobierno, con el que pretende Adrián Barbón cumplir los objetivos marcados para los próximos años, encontrará que Peláez es la novedad, porque se sale de la hoja de servicios estándar de los consejeros socialistas de los últimos veinte años. Como a todos, lo juzgaremos por su labor. De momento, Barbón ha logrado demostrar que los sueldos del Principado no son óbice para que un alto funcionario del Estado acepte volver a Asturias a trabajar por su tierra.

Peláez abordó varios asuntos, entre ellos la armonización fiscal entre comunidades autónomas y la revisión del modelo de financiación autonómica. El consejero defiende la armonización fiscal entre comunidades y pone como ejemplo de lo que no debe ser que los gobiernos de coalición de derechas (PP y Vox) «por la mañana anuncian pomposas reducciones de impuestos y por la tarde le están pidiendo a papá Estado más recursos».

La armonización fiscal entre territorios, por decisión del Estado, choca con la autonomía fiscal de nuestro sistema de autogobierno territorial. Igual que los gobiernos regionales tienen autonomía para gestionar la sanidad o la educación, también pueden subir y bajar los tipos impositivos. Estados Unidos, ejemplo de federalismo fiscal, tienen tipos impositivos diferentes entre unos estados y otros. En España puede el Gobierno central llevar a cabo la armonización, de lo que no estoy tan seguro es que sea validada su decisión por los tribunales. A lo anterior hay que añadir una consideración. Cuando se habla de armonizar, desde Asturias, siempre pensamos en elevar los tributos de Madrid, pero también se puede armonizar a la baja. Entre los impuestos cedidos, tenemos el Impuesto de Sucesiones y Donaciones, cuya regulación por el Principado ha provocado manifestaciones de miles de personas en la calle.

Peláez afirmó que «Asturias está perfectamente preparada para abordar la negociación del modelo de financiación autonómica en esta legislatura». Es cierto. Ocho gobiernos autonómicos (el Principado entre ellos) firmaron la declaración de Santiago, rechazando que el modelo se base en el tamaño de la población. Fue, quizás, la mejor operación política del anterior mandato. Tenemos ya una política definida y un bloque en el que apoyarnos.