Fuera de la agenda de nuestra clase política, volcada en los mismos temas de siempre, surgen datos que llaman a la reflexión. El pasado miércoles, en estas páginas, se contaba que los sueldos en Asturias, por primera vez, están por debajo del promedio nacional. Durante muchos años presumimos de tener sueldos altos y pensiones altas, pero a partir de ahora sólo podremos alardear de pensiones (las segundas más elevadas tras el País Vasco), porque en materia de salarios nos quedamos a 23 euros de la media de las comunidades autónomas. Hubo datos parciales que ya avisaban, como haber sido la tercera región que más capacidad de compra perdió en los últimos seis años, por detrás de Castilla-La Mancha y Cantabria.
Ante el hundimiento de las rentas salariales se alzan voces sindicales, como la de José Manuel Zapico (CC OO), pidiendo una apuesta más decidida por la industria. Achacan la bajada de los sueldos a la pérdida de puestos de trabajo en el sector industrial. Un trabajador en la industria gana 8.000 euros más al año que uno del sector servicios. Ahora bien, en la Unión Europea también hay una gran pérdida de empleos en la industria. En el caso de Asturias, la industria aporta más del 20% al PIB, cosa que no sucede en la mayoría de los países de la UE, incluyendo naciones como Francia, donde los sueldos superan en 600 euros a los de España. Sería bueno poder contar con los empleos de la industria pública del pasado, que eran los más improductivos del mundo, pero gozaban de grandes remuneraciones, tanto en el carbón como en el acero.
En España y en Asturias está prohibido hablar de productividad (ausente en el reciente debate de investidura del Principado), pero aspiramos a tener sueldos altos cuando la aportación de los trabajadores ocupados a la riqueza nacional está en descenso, por culpa del menor número de horas trabajadas. Desde 2019 bajó el 2,4%. Somos el único territorio civilizado en que la productividad aumenta, siempre, en épocas de recesión.
Todos hemos visto, cómo el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) creció mucho desde 2018, fruto de acuerdos entre la patronal, los sindicatos y la ministra de Trabajo. Hay ya una nueva frontera: aumentar en esta legislatura el SMI hasta el 60% del salario medio. Pues bien, Asturias ya logró el objetivo. Nuestros salarios son tan bajos que el SMI supera hoy día el 60% del salario medio de la región. Esa es la realidad de nuestra riqueza y del empuje de nuestra economía. Comprendo que no es tema para agosto, pero me inspiró la tormenta.