Primera ronda del consejero de Hacienda, Guillermo Peláez, con los portavoces de la oposición. El consejero dio algunos datos sobre el proyecto de presupuestos para 2024. Rebasará los 6.100 millones de euros, con una inversión de 1.000 millones y un pequeño déficit de 29 millones que no estaba previsto en las estimaciones enviadas por el Gobierno central a Bruselas. El Ministerio de Hacienda contemplaba el equilibrio en las cuentas autonómicas, pero ahora permite un déficit del 0,1% que se podrá absorber porque entre el conjunto de las Administraciones territoriales y la Seguridad Social no superarán el 3% del déficit. En definitiva, unas cuentas expansivas, las asturianas, que apenas aumentan la deuda, dentro de unas previsiones nacionales de reducción de los desequilibrios económicos si se cumplen las previsiones de crecimiento del PIB y el empleo.

La llegada de un nuevo consejero de Hacienda hizo que hubiera un buen clima en la primera ronda con los portavoces, de la que quedó excluida la representante de Vox, como ocurre todos los años desde que es presidente Adrián Barbón. El PP se limitó a intercambiar opiniones, sin hacer ninguna propuesta al Gobierno. La diputada de Podemos, Covadonga Tomé, está dispuesta a apoyar las cuentas si mantienen la filosofía de «apostar por la ciudadanía y no por las elites». Año tras año, los presupuestos dedican dos tercios del gasto a los servicios sociales (Sanidad, Educación, Dependencia, etcétera), así que los recursos siempre estuvieron destinados a una mayoría social, como sucede en el resto de regiones, porque ningún gobernante confunde una comunidad autónoma con un club de ricos. Tomé va aportar un documento de trabajo para reforzar la protección social y destinar recursos a la sanidad y la vivienda. Por su parte, el diputado de Foro, Adrián Pumares, presentó un plan de propuestas concretas, centrado en el medio rural, en línea con las preocupaciones que tiene el Principado sobre el campo. Pumares también propuso una amplia reforma fiscal, aunque es consciente de que no hay una mayoría parlamentaria que la sustente. Cuando el curso de la política nacional todavía está detenido, tratar de introducir reformas tributarias en una región es algo prematuro.

Lo importante: tanto Tomé como Pumares pueden completar la mayoría absoluta que necesita el Gobierno para aprobar las cuentas. Barbón deberá elegir entre el trío de izquierdas o un giro hacia una derecha de raíz territorial, siguiendo a Sánchez.