Rotundo éxito de la convocatoria del PP para manifestarse en contra de la ley de amnistía. La sensación de escándalo que recorre la sociedad española ante la impunidad concedida por Pedro Sánchez a los independentistas que cometieron flagrantes delitos hizo que la gente acudiera en masa a la calle. En todas las capitales de provincia la respuesta fue contundente. En la concentración de Oviedo participaron miles de personas (35.000, según la Policía Municipal). Orden absoluto en la movilización, ningún parecido con las concentraciones de días pasados ante la sede central del PSOE en Madrid, en las que minorías violentas alcanzaron un protagonismo que dio al traste con el comportamiento democrático de la mayoría de los congregados. Era muy importante que el PP lograra imponer, en la práctica, el estilo de protesta pacífica.
El secretario general del PP asturiano, Álvaro Queipo, se dirigió a los manifestantes en una intervención donde atacó la concesión de la amnistía porque va contra la igualdad de los españoles y transgrede la división de poderes. Advirtió de los peligros que vienen porque «Pedro Sánchez, para mantenerse en el poder, se ha puesto al frente del movimiento independentista que busca derrotar al Estado». No creo que Sánchez conduzca a los independentistas, pero sí se puede afirmar que todos los grupos políticos que apoyarán a Sánchez en la sesión de investidura son partidarios de derribar la Constitución o introducirle tales cambios que la harían irreconocible.
En definitiva, que los socios de Sánchez tienen la etiqueta de anticonstitucionales y es prácticamente imposible gobernar apoyándose en grupo anticonstitucionales sin transgredir las normas. Se dirá que para detener esos peligros está el Tribunal Constitucional (TC), pero ¿qué podemos decir a estas alturas del TC? En la sentencia sobre la ley de amnistía quedarán resueltas las dudas.
Cientos, miles de banderas españolas por las calles de España. La bandera bicolor constituye un test sobre la enfermedad nacional que padecemos: la crisis de identidad. En las manifestaciones de partidos de izquierda, o nacionalistas, se suelen ver banderas autonómicas, banderas reivindicativas de identidad sexual, y otras relacionadas con variadas pertenencias o causas. En las manifestaciones del centro-derecha se muestra la bandera constitucional. Si exceptuamos a los nacionalistas, todos están con la Constitución ¿Por qué cuesta tanto levantar la bandera de todos?