El presidente del Principado juzgó de «gravísima» la amenaza del PP de bloquear en el Senado los objetivos de estabilidad presupuestaria decididos por el Gobierno. Adrián Barbón teme perder el derecho a trabajar con un déficit del 0,1%, que es tanto como tener que prescindir de 29 millones de euros. Las declaraciones del presidente surgieron tras conocer las intenciones del PP y la respuesta de la ministra de Hacienda: si hay rechazo en el Senado, el Gobierno de España quitará a las comunidades autónomas la décima de déficit que les concedió, y dará por bueno el programa de estabilidad enviado a Bruselas en abril, donde no contemplaba ni un céntimo de déficit para las regiones. Amenaza por amenaza.
El senador gijonés del PP, Pablo González, confirma la intención de ir hasta el final y bloquear los objetivos de estabilidad, porque, en su opinión, lo que está en juego es mucho más importante: los tratos bilaterales y opacos entre Sánchez y Puigdemont, que tienen, entre otros objetivos, un sistema de financiación singular para Cataluña que podría quedarse con el 100% de la recaudación, lo que significaría contar con 28.000 millones más que con el actual sistema, según afirma Pablo González. No hace falta añadir que ese plus de 28.000 millones procede de una quita al conjunto de comunidades autónomas, al dejar de contribuir la Generalitat al modelo de financiación autonómica en el que están insertas las diecisiete comunidades, con la excepción de los territorios forales (País Vasco y Navarra). Como las banderas que agitan -amnistía, referéndum de autodeterminación- afectan a los aspectos más esenciales de la convivencia nacional, la cuestión de los dineros queda en un segundo plano, pero no para los catalanes. Fue una desagradable sorpresa la quita de 15.000 millones de deuda que concedió Bolaños a Junqueras, pero eso no es nada ante la pretensión de gozar de un sistema privilegiado de financiación, calcado del cupo vasco.
No veo que la lucha necesaria del PP, contra todo lo anterior, pase por intentar bloquear el techo de déficit público de las comunidades. No hay una relación de causa efecto. La batalla hay que darla contra los acuerdos bilaterales que, al menos hasta ahora, no tienen nada que ver con el déficit público. No me extrañaría que Montero llevase adelante su amenaza, porque solo hay tres regiones gobernadas por el PSOE: Navarra, con sistema propio, Castilla-La Mancha, gobernada por el renegado García-Page, y Asturias, que le importa muy poco.