El consejero de Hacienda presentó el proyecto de presupuestos regionales para 2024 en una comisión de la Junta General del Principado. Es la segunda vez que explica y pondera las cuentas. Lo hizo por primera vez el día que registró el proyecto presupuestario en el Parlamento y ahora volvió a hacerlo ante los diputados. Como todos sabemos las cuentas alcanzan la mayor cuantía de la etapa autonómica, con 6.348 millones, fruto de los fondos extraordinarios que llegan de Europa y de la renuncia a deflactar el IRPF. La inflación es un chollo para los gobiernos cuando no se compadecen de los ciudadanos.
Guillermo Peláez dijo que los presupuestos están orientados hacia una mayoría social. Quiero pensar que es así en todas los territorios. Para justificar la afirmación puso como prueba la mejora de los servicios públicos (sanidad, educación, servicios sociales), como ocurre en otras regiones. Desde hace unos años a los políticos les gusta decir que tal o cual presupuesto blinda la sanidad, la educación, las pensiones, etc. Peláez afirmó que las cuentas para 2024 blindan los servicios sociales. Como ya hemos dicho otras veces, los presupuestos no blindan las prestaciones sociales, porque solo abarcan las inversiones y el gasto de un año. Todo depende de la recaudación tributaria de cada ejercicio y de la capacidad de endeudamiento. En el caso de que los catalanes logren un modelo singular de financiación, me temo que nuestro gasto social se va a resentir.
Puestos a cantar loas sobre las cuentas, Peláez también señaló que «impulsan la actividad económica y la mejora de la productividad» a través de una serie de actuaciones entre las que señaló «la transición ecológica de nuestra industria» y «la apuesta decidida por la investigación».
Es cierto que impulsan la actividad económica al crecer la inversión, pero en investigación todavía estamos muy lejos de poder sacar pecho. Sobre la transición ecológica en la industria, todo está pendiente de lo que haga Arcelor: los indicios son preocupantes. También, cómo no, los presupuestos propician «la igualdad efectiva entre mujeres y hombres» e «igualdad en el acceso a los servicios públicos, con independencia del lugar de residencia». Todo esto es verdad, relativamente, porque pese a los esfuerzos del Principado, no tienen los mismos servicios en Ibias que en Oviedo. Sobre la igualdad entre mujeres y hombres ya se han dado pasos decisivos en las últimas décadas. Ahí sí que se puede decir que la igualdad está blindada.