Continúan los percances en la línea de alta velocidad, Madrid-Gijón. Por tercer día consecutivo hubo un convoy Alvia que llegó con una hora, o más, de retraso a Gijón. Renfe informó que hubo una caída de tensión en los talleres de Madrid y por esa razón llegó a Asturias una hora más tarde de lo previsto. La empresa lamentó «las incidencias puntuales» que causaron trastornos a los viajeros. Cuando los percances se repiten ya no cabe calificarlos de «puntuales», siendo más propio hablar de deficiencias habituales. Si alguien creyó que, con la inauguración de la variante de Pajares, la línea Madrid-Gijón se convertía en una infraestructura moderna y fiable se equivocó de cabo a rabo. Los percances surgirán con la misma frecuencia que antes del estreno de la variante, con lo que cabe elevar el tiempo medio de viaje real entre las dos ciudades. Renfe anunció que devolvería a los viajeros la cantidad pagada por los billetes; una pauta de obligado cumplimiento cuando hay tanta diferencia entre el tiempo anunciado para el viaje y el realmente empleado. Por analogía, me viene la cabeza la imagen de la exministra, Raquel Sánchez, que ante el desastre de los trenes que no cabían por los túneles (¿fue un error puntual?) declaró gratis el viaje en los trenes de cercanías de Asturias y Cantabria hasta 2026. Una manera de enfriar la ira popular. Estando en plena campaña de presentación del nuevo servicio, Madrid-Gijón, con rebajas en los billetes, sería muy negativo timar a los clientes.
Los percances en la línea alta velocidad que une Asturias con la meseta quedan ocultos tras los tres accidentes en los trenes de cercanías de Madrid, en doce días, y los choques y descarrilamientos de los trenes de media distancia en Andalucía. Mal estreno de Óscar Puente como ministro de Transportes. Quiso restar importancia a los accidentes, diciendo que en el último año de Rajoy hubo muchos más. Lleva Sánchez un año menos de presidente que Rajoy y todavía quieren aparentar los dirigentes socialistas que son unos recién llegados, aplastados por la herencia recibida. Voces menos apasionadas que la del ministro coinciden en decir que hay un déficit de inversiones en las redes ferroviarias españolas. Se podría matizar esa afirmación, diciendo que las inversiones están geográficamente muy descompensadas. El ejercicio de 2022 fue el de mayor inversión de la última década: 859 millones, pero la mitad (425 millones) fueron para los ‘rodalíes’ (cercanías) catalanes. Así ya queda más claro.