El escándalo del vial de Jove –no puede denominarse de otra manera al comportamiento del Ministerio de Transportes renunciando a una infraestructura cuando cumplía todos los requisitos para empezar a construirla– permite visibilizar el juego de fuerzas entre instituciones y políticos que acompaña a las grandes obras.
La cita en Madrid, a las pocas horas de finalizar el pleno de la Junta General del Principado sobre las infraestructuras del Estado en Asturias, reunió al secretario de Estado de Transportes, José Antonio Santano, con Carmen Moriyón y Alejandro Calvo, junto a colaboradores de ambos. Se trataba de conocer la fecha en la que adjudicaría la licitación del vial y el posterior movimiento de terrenos, pero Santano portaba otra noticia para los asturianos: no habrá vial soterrado. La tramitación administrativa, realizada durante años, no servía para nada y se volvía al punto de partida, con el encargo de realizar un estudio informativo sobre un nuevo vial en superficie con licencia para contaminar.
Millones
El PSOE tendrá que elegir entre un proyecto muy caro de firmar y otro más caro de digerir
Un mensaje de ese tipo debería provocar un intenso debate con posturas enfrentadas, pero los representantes asturianos, disgustados, eso sí, dieron por buenos los argumentos extravagantes del secretario de Estado. La alcaldesa de Gijón reconoció que «necesitábamos saber la verdad», «es cierto que cuando se conoce la verdad, ya se puede empezar a avanzar». Así que los del ministerio anuncian un nuevo proyecto que baja la factura del vial de casi 300 millones a 70 y nadie se inmuta. Los pretextos de Santano se convierten en argumentos sólidos, genuinamente veraces, para sus interlocutores. Entre paréntesis: no sé cómo se va a soterrar el tráfico de la Avenida Rufo García Rendueles, en Gijón, si una actuación mucho menos comprometida y más necesaria, como la del túnel del vial de Jove, se rechaza.
Tras la reunión, Alejandro Calvo mostró su «absoluto respaldo a la actuación del Ayuntamiento de Gijón y de la alcaldesa». Una declaración que se debe contextualizar. Es obvio que el presidente del Principado y el consejero de Fomento conocían la decisión del ministro, Óscar Puente, de dar carpetazo al vial soterrado, porque es una decisión muy sensible para Gijón y con resonancia en Asturias. En un partido de gobierno, como es el PSOE, ese tipo de información, a determinado nivel, se comparte, no la recibes en una reunión delante de dirigentes de otros partidos. Por eso en el debate parlamentario sobre las infraestructuras, de la víspera, en su primera y larga intervención, Alejandro Calvo despachó el vial de Jove con dos frases, evitando juicios de valor.
Entente
Que el consejero se limite a declarar el «absoluto respeto» a la alcaldesa significa dos cosas. Una viene ya de antes de las elecciones, que es la entente entre Barbón y Moriyón, dejando con el paso cambiado a la agrupación socialista de Gijón, ajena al ‘sanchismo’. Los políticos que recibieron más alabanzas de Barbón desde que es presidente son Moriyón, Canteli y Pumares. Puede parecer chocante, pero cuando se aprende política en la incubadora del SOMA resulta muy natural ese tipo de alianzas.
La otra razón para que el consejero respalde a la alcaldesa estriba en su respuesta constructiva a la propuesta de Santano. Calvo se atrevió a decir que hay que analizar «cómo tenemos que avanzar a partir de ahora». Ese «tenemos» implica al bloque, Principado-Ayuntamiento.
Hay que aclarar dos asuntos para analizar la situación. Óscar Puente clausura el vial de Jove porque tiene un coste elevadísimo (285,6 millones para dos kilómetros y medio de recorrido). Ese estipendio cobra sentido en Vitoria, con más de siete kilómetros de corredor soterrado, porque PNV y Bildu son socios estratégicos del Gobierno. En Gijón, con Foro y el PP gobernando en alianza, la inversión sería un derroche. Las infraestructuras relevantes tienen lectura política. El vial de Jove es víctima del tándem de los exalcaldes: Óscar Puente, ocho años regidor de Valladolid, y José Manuel Santano, veinte años alcalde de Irún. Tienen conocimientos rudimentarios sobre infraestructuras, pero saben mucho de claves de poder.
Truco
La mejor demostración de que el coste es el elemento decisivo para renunciar al vial soterrado está en las palabras de Santano, cuando dijo que el presidente Barbón tiene el compromiso del ministro Puente de invertir en otros proyectos de Gijón los 285 millones que estaban presupuestados para el vial. Puso como ejemplo el plan de vías. Qué cosas dice este señor. En política se puede reclamar una obra, pero en caso de que no se haga, no existe el derecho a recibir un cheque por la cuantía de la obra descartada, valedero para pagar otras actuaciones. Los asturianos no somos tan estultos como cree el exalcalde de Irún. Entendimos el mensaje que nos manda Puente sobre el vial de Jove: ¡será por dinero!
El expediente del vial todavía no está cerrado. Carmen Moriyón realizó unas declaraciones al llegar a Gijón que pudieran interpretarse como una rectificación de sus primeras manifestaciones. A este paso, el Ministerio de Transportes se va a quedar sin otra cobertura que la del Principado. Todavía no entraron todos los actores en escena para decidir el resultado. Me refiero a la respuesta del pueblo de Gijón a la tomadura de pelo de abandonar un proyecto cuando sólo faltaba adjudicar la obra. El PSOE tendrá que elegir entre un proyecto muy caro de firmar y otro más caro de digerir.