Las obras que se están realizando en el nudo de Serín han quedado paralizadas. El Ministerio de Transportes dice que el trabajo se ha interrumpido por «los condicionantes detectados durante la ejecución del primer carril, por lo que estamos estudiando la mejor solución para acometer la rehabilitación de los otros dos». No estamos hablando de una carretera cualquiera sino de la autopista ‘Y’, la vía más transitada de Asturias y la segunda con más tráfico del norte de España, tras la circunvalación de Bilbao. Las obras tenían que haber finalizado el pasado mes de diciembre, luego se anunció que terminarían en el primer trimestre del presente año y, ahora, en vista de que los calendarios se incumplen, el ministerio decide no comprometerse con fechas y permite que echemos la imaginación a volar al comunicar que las obras están paradas, aunque se trabaja en los despachos.
La Delegación del Gobierno afirma que el Ministerio de Transportes está redactando un modificado en la obra. La expresión ‘modificado de obra’ es pura jerga burocrática, inercia de oficina, pero, en ocasiones, tiene efectos deletéreos: en el anterior modificado del presente proyecto de ampliación de la ‘Y’ supuso la suspensión de los trabajos por un periodo de tres años.
La secuencia es bien conocida al haber sucedido muchas veces en las obras que realiza el Ministerio de Transportes en nuestra región. Empiezan los trabajos, un día nos informan que la ejecución de tal tramo conlleva retrasos, más tarde se anula fecha en que se iba a finalizar la obra y, por fin, se comunica a la opinión pública que hay problemas graves que obligan a introducir cambios en el proyecto, además de aumentar el presupuesto. Así llegó la variante de Pajares a acumular 14 años de retrasos. No hay culpables oficiales, construir infraestructuras en Asturias implica, por definición, retrasos y sobrecostes. La complicada orografía es la causa de nuestros males, lo decía Delia Losa, con ironía, «en Asturias, por esta orografía tan maravillosa, de repente siempre aparecen cosas…». Conclusión: siempre es más fácil echar la culpa al empedrado. Ante la suspensión que amenaza con dejar empantanada la obra en los meses de mayor tráfico, Adrián Barbón dice que sólo tiene la información publicada en los medios. Así que la comunicación entre el Principado y el Ministerio de Transportes es tan fluida que el presidente se entera a la vez que el resto de ciudadanos. Ahora ya no tengo dudas de que Asturias es una prioridad para el Gobierno.