Hace una semana reinaba el desconcierto entre la clase política asturiana al ver cómo la cúpula del Ministerio de Transportes abandonaba el proyecto del vial de Jove soterrado y se abría a reconocer compensaciones.
La primera en quedar sorprendida fue la alcaldesa de Gijón, Carmen Moriyón, la dirigente a quien más atañe todo lo que ocurra con el vial. Agradeció al secretario de Estado de Transportes, José Antonio Santano, su sinceridad por exponer la cruda realidad. Moriyón dijo que “cuando se conoce la verdad, ya se puede empezar a avanzar”. La verdad del vial la habría desvelado Santano en la reunión con la alcaldesa y el consejero de Fomento, Alejandro Calvo. Ver para creer.
PRINCIPADO Y AYUNTAMIENTO
Calvo, que sin duda ya conocía el plan del Ministerio de Transportes, hablaba con cautela, “ahora hay que ver los pasos a dar”, y mostraba su apoyo incondicional a Carmen Moriyón. El Principado hará lo que diga el Ayuntamiento de Gijón.
Por su parte, Adrián Barbón especulaba con la supuesta promesa realizada por el ministro, Jesús Puente, de compensar a Gijón con el dinero sobrante del vial de Jove. Se había licitado en 285,6 millones de euros y se iba a sustituir por un vial que discurriría por el exterior, con un coste de 70 millones. Quedan 215,6 millones para financiar otros proyectos. Santano, tras haber ganado la reunión por K.O., se animaba a realizar sugerencias, al proponer que la millonada vaya destinada al plan de vías de Gijón. De tan contento como estaba se mostró condescendiente: aceptó hacer un hueco en la agenda para dar un paseo por el “solarón”, cuando convoque la reunión de Gijón al Norte. El Ayuntamiento de Gijón y el Principado han reducido a esa atractiva zona verde el otrora ambicioso proyecto del plan de vías.
Resumen: hace ocho días, los nuestros estaban desconcertados, mientras la cúpula del Ministerio de Transportes tenía que hacer esfuerzos para reprimir su euforia. Con una breve entrevista habían logrado ahorrar más de 200 millones de euros, muy útiles para invertir en territorios indómitos.
Hoy, las tornas han cambiado. Carmen Moriyón se recompuso y ya demanda una entrevista, mano a mano, con el ministro de Transportes, Óscar Puente, para explicarle la problemática del vial y su ineludible necesidad por razones medioambientales y de crecimiento portuario. Como debe ser.
VECINOS
Más radical es, aún, el giro dado por el presidente del Principado. Adrián Barbón, tras reunirse dos horas con los representantes vecinales de la zona oeste (la más afectada por la contaminación) de Gijón, dio más titulares que en cinco años de presidente: “vamos a trasladar al Ministerio de Transportes nuestro rechazo absoluto al proyecto; le pediremos que rectifique y lo retire”, “el proyecto del Gobierno es más rápido porque las expropiaciones ya están hechas, pero nosotros representamos los intereses de los vecinos afectados, y si a ellos no les vale, a nosotros tampoco”, “no miraremos para otro lado; todo lo contrario, lo vamos a tomar como un tema clave de la legislatura, fundamental para nosotros”. Y en ese plan.
Lo que nadie había conseguido en los últimos cinco años, el Ministerio de Transportes lo ha logrado: enfrentar al Principado con el Gobierno de Pedro Sánchez. Cuando estalló el escándalo de los trenes que no cabían por los túneles, Adrián Barbón optó por mantener un rictus severo en la entrevista con la ministra, Raquel Sánchez, limitándose a firmar los pomposamente llamados, “Acuerdos de la Castellana” que, por ahora, no han dado otro fruto que el derecho a viajar gratis en trenes de Renfe hasta el año 2026.
Ha bastado una semana, con dos días festivos, para armar una alianza entre el Principado, el Ayuntamiento de Gijón y algunas asociaciones vecinales gijonesas contra las mañas, retrasos, dejaciones y dilaciones del Ministerio de Transportes. Los nuestros han recuperado la moral y en el ambiente está que la tropa de Óscar Puente pasará por las horcas caudinas de la triple entente, rehaciendo el proyecto del vial al gusto de los de casa.
ESTUPEFACCIÓN
Intuyo que en la sede del Ministerio de Transportes reinará la estupefacción cuando mañana se reincorporen a sus puestos los máximos responsables del departamento. Es muy duro aceptar que ganaron la guerra, pero perdieron la paz. Como la distancia hace que las personas y las organizaciones nos movamos por clichés, seguro que no imaginaban que el obediente y disciplinado sanchismo asturiano era capaz de humillar al ministerio por el diseño de una carretera de 2,5 kilómetros. Seguro que a Puente y Santano no les cabe en la cabeza que el presidente del Principado se deje guiar por las aspiraciones de asociaciones vecinales.
La batalla va en serio, porque transciende al escenario gijonés y se interna por otras zonas de la región. El dardo lanzado por Barbón a la delegada del Gobierno, Delia Losa, para que salga a la palestra a explicar las razones que llevaron al Ministerio de Transportes a paralizar las obras del nudo de Serín, muestra que se terminaron las contemplaciones. Hasta aquí hemos llegado, habrá dicho por lo bajo el presidente del Principado.
Es muy probable que tardemos en volver a oír una intervención como la que hizo Alejandro Calvo en el debate sobre las infraestructuras del Estado, en la Junta General del Principado, mostrando un panorama irreal del estado de los proyectos, con un plan de vías de Gijón a punto de rematar. Una gran defensa, digna de mejor causa.