El abandono de las obras en el nudo de Serín irrita a políticos y agentes sociales. Ovidio de la Roza (Asetra) dice que tanto si la obra se para unos días o unos meses, «supone una pérdida económica para nosotros». El dirigente empresarial hace hincapié en que el 80% de la circulación pasa por el nudo de Serín, lugar en el que confluyen los coches que viajan desde Gijón, Oviedo y Avilés, encontrándose con atascos y pérdidas de tiempo. La experiencia acumulada con esta obra es como para echarse a temblar. En septiembre de 2020 se suspendieron los trabajos, que se habían iniciado el año anterior, para hacer un modificado (ampliación presupuestaria), y no se reanudaron hasta septiembre de 2023, con un nuevo plan de trabajo. En 2019, cuando se pusieron manos a la obra, el plazo para ejecutar la actuación era de siete meses, pero ya transcurrieron cinco años.
¿Qué va a ocurrir esta vez? El Ministerio de Transportes y la delegada del Gobierno, Delia Losa, niegan la mayor al decir que las obras no están paradas porque se trabaja en los despachos. Cuando no hay operarios ni máquinas sobre el terreno se dice que las obras están paradas, tanto en Asturias como en Australia. Ellos mismos lo confirman: «tras finalizar el extendido del hormigón del primer carril, se va a comenzar, en las próximas semanas…». Ahora están paradas las obras y dentro de unas semanas, Dios dirá. Sorprende que una actuación basada en «excavar unos centímetros más para sanear el subsuelo y asegurar que la solución final sea duradera», cause tantos quebraderos de cabeza. Cada día que se amplía el plazo para la finalización de la obra causa un perjuicio a los ciudadanos. Al reducir el espacio para circular y limitar la velocidad se forman atascos en la vía más transitada de la región. Si las condiciones atmosféricas son negativas, coincidiendo con días de gran afluencia de turistas, las colas de coches superan los ocho kilómetros.
El Ministerio de Transportes anuncia una nueva fecha para acabar los trabajos: el tercer trimestre del presente año. Hasta ahora todos los anuncios fueron fallidos. ¿Hay razones para pensar que esta vez las previsiones del ministerio son ciertas? Si contemplamos la actuación desde una perspectiva amplia el resultado es demoledor: nueve años –desde el primer estudio en 2015–, empleados en trámites y modificación de contratos para tratar de reparar 200 metros de autovía. A razón de 22 metros saneados por año. Con estos antecedentes creer al Ministerio de Transportes es cuestión de fe.