En el Consejo Interterritorial de la Salud, donde están representados el Ministerio de Sanidad y las consejerías de Salud de las comunidades autónomas, se debatió el Plan Integral de Prevención y Control del Tabaquismo (PIT), primera gran iniciativa de la ministra Mónica García (Más País). El Principado se adhirió a la propuesta de la ministra, porque según explicó la consejera, Concepción Saavedra, el plan es una declaración de intenciones con la que el Gobierno asturiano está de acuerdo.
La mayor parte de las medidas, como incrementar el precio del tabaco, utilizar un empaquetado menos tremendista o hacer campañas de sensibilización, son compartidas por la mayoría de las autonomías, pero las medidas más restrictivas, como prohibir fumar en las terrazas o en el interior de los coches si es en presencia de menores o mujeres embarazadas, generan división. Concepción Saavedra matizó mucho la postura del Principado, al asegurar que «no se está prohibiendo el tabaco en las terrazas»; también señaló que hay que hablar con los empresarios asturianos para ver cómo hay que actuar para una implantación gradual de la medida.
Hagamos consideraciones generales. Desde una perspectiva política, la ley del tabaco mantiene la divisoria cristalizada en la investidura de Pedro Sánchez, al contar sólo con el apoyo de Cataluña, País Vasco, Navarra, Canarias y Asturias. El resto (doce comunidades autónomas) estuvo en contra. Luego, tocará ejecutar la ley y veremos a las comunidades nacionalistas (Cataluña, País Vasco) haciendo de la norma un traje a la medida de sus gustos, como ocurrió tantas veces. El Gobierno hará la vista gorda y montará una campaña contra la comunidad madrileña, donde la pérfida Ayuso viola la ley. Las dos varas de medir de Sánchez.
Para la sociedad, la práctica de fumar pudo ser un problema cuando se permitía en los locales públicos. Con la Ley antitabaco de Zapatero (su mejor medida en siete años de mandato) el daño quedó evitado. La ley contemplaba habilitar espacios para fumadores en recintos de más de cien metros cuadrados. Hubo mucho debate con ese asunto, pero en la práctica los fumadores optaron por salir del local un rato para fumar, como medida de alivio. Las recetas de Mónica García no digo que sean erróneas, pero apenas traerán beneficios. Quizás lo de prohibir el tabaco en espacios super reducidos, como los coches, cuando hay niños o mujeres gestantes, pero el resto no tiene otra virtud que participar de lo políticamente correcto.