El ministro de Transportes, Óscar Puente, anima la vida nacional con continuas declaraciones. El plus de protagonismo que da saltar de la alcaldía de Valladolid al Consejo de Ministros estimula su creatividad y tan pronto da primicias como vuelve sobre viejos debates: «Las carreteras no son gratis, o se pagan con peajes o con impuestos». No sólo la cuestión de la financiación del mantenimiento de las carreteras está ya muy sobada, sino que la formulación de Puente tiende a la tautología (A=A), porque el mantenimiento de carreteras, ferrocarriles, infraestructuras aéreas o el gasto en sanidad, educación, servicios sociales, pensiones (más de un tercio de la factura se financia con dinero de los presupuestos del Estado) etc., se sostienen con el gasto de los usuarios o los impuestos que pagan los contribuyentes. El ministro no descubre nada, sino que recrea la evidencia. Cabría añadir que Puente se olvida de la vía más querida por el Gobierno de financiar el gasto corriente: la deuda pública. Para que no se le acusara de nada, recurrió a las redes sociales para apostillar que no se plantean el pago por uso y que para introducir esa vía sería deseable un pacto de país. Si dice que no van a poner peajes, pero, a la vez, indica que la forma de hacerlo sería con un pacto de Estado, está claro que aviva el debate en esa dirección.
La presión para imponer un canon por circular por vías de alta capacidad proviene de la Asociación de Empresas Constructoras y Concesionarias de Infraestructuras (Seopan). En ella están los grandes constructores del país, que quieren elevar el gasto en mantenimiento para mejorar sus ingresos. En la actualidad se gastan en mantenimiento 2.000 millones y en Seopan consideran necesario gastar 4.100 millones. Aquí hay que distinguir entre necesidades reales de las vías, por el deterioro provocado por su uso, y la forma de financiarlo. La disyuntiva entre peaje a los usuarios o cobertura por impuestos se puede plantear para todo. ¿Por qué no ponemos ese peaje en las vías del AVE, que conllevan un gasto de mantenimiento de 100.000 euros por kilómetro-año y de 200.000 cuando la vía está soterrada? ¿El Gobierno debe comprometerse más en la financiación del tren que en la de la carretera? La diferencia estriba en que para elevar el mantenimiento de las vías férreas hay que hablar con Adif y Renfe, mientras que el peaje de carreteras afecta a más de 30 millones de conductores. Otra lectura: estamos en récord de recaudación fiscal y encima proponen otra tasa.