Las quejas del alcalde de Siero, Ángel García, ‘Cepi’, sobre la normativa del Principado que regula la ubicación de los equipamientos comerciales han servido para que la maquinaria de la Administración se ponga en marcha. El viernes se reunirá el grupo de trabajo encargado de revisar las directrices sectoriales en el que están representados el Principado, la patronal, las centrales sindicales, las cámaras de Comercio y la Federación Asturiana de Concejos (FACC). La presidenta de la FACC, Cecilia Pérez, quiere llevar a la reunión una posición municipal que cuente con amplio respaldo de los ayuntamientos. Por su parte, la FSA también procedió a realizar una ronda de contacto con los alcaldes socialistas.

Las declaraciones de Ángel García han tensionado a la familia socialista, de ahí las prisas por resolver un problema que llevaba más tiempo del conveniente en vía muerta. El discurso oficial dice que la revisión de las normas se está haciendo «de una forma sosegada y dialogada con todos los agentes implicados», que es tanto como decir que no avanza porque hay una mayoría de agentes a favor de mantener el statu quo. No se pueden confundir los intereses generales con el statu quo, ya que los primeros abarcan toda la región y el segundo tiene que ver con la cristalización de equilibrios políticos y económicos. ‘Cepi’ levantó la voz porque teme que una inversión de 40 millones de la empresa Costco, que conlleva 200 empleos, se acabe perdiendo porque las directrices impiden que en el polígono de Bobes (un millón de metros cuadrados en espera de empresas) se pueda instalar la multinacional americana. Ante una situación así, no puede una organización como la FACC tapar la boca a un alcalde que fue elegido para defender los intereses del municipio. El nerviosismo socialista está motivado, porque regidores del PSOE y de otros partidos están de acuerdo con las declaraciones de ‘Cepi’.

Desde el aparato socialista han criticado sus manifestaciones con las mismas rancias palabras que escuchamos durante más de cuarenta años cuando un cargo público no se somete a la jerarquía de su partido: «Ir por libre o situarse por encima del bien y del mal, por muy alcalde o mayoría que se tenga, no es el camino, las mayorías las conceden los vecinos para gobernar con rigor, humildad y responsabilidad, no para endiosarse». A ver si aprende ‘Cepi’ que decir verdades como puños es endiosarse. Ya es hora de que las reglas burocráticas, ajenas a la dinámica económica, se alcen como el verdadero bien a proteger.